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La innovación y la tecnología perfilan las tendencias del sector sociosanitario

Avances como la inteligencia artificial o el Big Data están definiendo el presente y el futuro de los servicios de salud. Además, tras la Covid-19, el intenso debate en busca de un renovado modelo de cuidados empieza a platear nuevas formas de atención y organización. ¿Cuáles serán los próximos desafíos? ¿Qué oportunidades y amenazas surgirán?

Horacio R. Maseda 06-02-2023

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Los servicios sociosanitarios están en boga. La atención y los cuidados de larga duración no solo tienen cada vez una mayor demanda, sino que, además, la sociedad exige ahora que esa asistencia sea más personalizada, con soluciones más innovadoras que se ajusten a su forma de vivir. 

Bajo estas nuevas exigencias, los avances tecnológicos se están convirtiendo en el mejor aliado. ¿Cuáles son los próximos pasos del sector sociosanitario? ¿Qué oportunidades y amenazas aguardan en el horizonte en esta nueva era del cuidado?

En la actualidad, el sector sociosanitario atraviesa un momento clave, tras una crisis sanitaria que destapó algunas de sus carencias hace casi tres años, pero que también aceleró otros procesos –como la transformación digital– y propició un profundo debate sobre los modelos de atención y de cuidados. Así, la primera cuestión para entender mejor el futuro que nos espera es preguntarnos también cuáles son los desafíos en el ámbito sociosanitario.

Para Juan Carlos Santamaría, director de Comunicación de Inithealth (Grupo Init), “el progresivo envejecimiento de la población es un triunfo porque cada vez vivimos más años, pero es también un desafío porque avanzamos hacia un contexto sociodemográfico en el que la necesidad de atención sociosanitaria va a ser cada vez más evidente”. Este continuo envejecimiento poblacional, señala Santamaría, junto a la prevalencia de las enfermedades crónicas, el incremento de las situaciones de dependencia y los nuevos modelos y roles familiares darán lugar a una creciente demanda de servicios sociales y sanitarios. El reto principal, subraya, “es cómo cubrir las necesidades de atención en el domicilio con profesionales que no estén en la economía sumergida y ayudados por la tecnología”.

Esta opinión guarda coherencia con los datos publicados a mediados del año pasado en el Informe ‘Sector Sociosanitario en España. Nuevas tendencias’ desarrollado por el EAE Business School, en colaboración con Athenea Healthcare Group. En él, se asegura que el modelo de salud pública actual en España está obsoleto, con una sociedad más longeva “que necesita encontrar soluciones de convivencia y asistenciales que responda a los nuevos cambios culturales, sociales y humanos”. Por ello, el documento incide en que “el gasto sociosanitario deberá seguir aumentando para dar respuesta tanto al envejecimiento de la población como a los malos hábitos de salud, la cronificación de las enfermedades y la aparición de nuevas patologías”. La debilidad del sistema nacional sigue siendo la carencia de un modelo claro de financiación y de sostenibilidad: “España todavía se encuentra por debajo de la media europea en lo que a gasto público sanitario se refiere, con un 9,1% respecto al PIB, pero eso, no impide que sigamos encabezando la lista de los países del mundo con mayor esperanza de vida”, señala el informe.

En otro documento –‘La innovación social y la salud en España: una visión desde el emprendimiento social, que realizaron en 2022 la Fundación Ashoka junto con la Fundación Pfizer–, la doctora y emprendedora social de Ashoka, Ana Urrutia, destacó la falta de profesionalización de los cuidados en el hogar, una atención cada vez más recurrente después de la irrupción de la Covid-19. En este sentido, comenta a entremayores su compañera Andrea Urizarbarrena, responsable de Alianzas en Ashoka España, “es necesaria una coordinación entre la asistencia social y sanitaria, entre el sistema público y privado, para brindar a los pacientes y familiares las herramientas necesarias para que el cuidado en casa sea más efectivo y real”.

Por otro lado, y pese a que el coronavirus ha precipitado ese tránsito hacia una atención a distancia, otra de las dificultades mencionadas por los expertos “es el escepticismo en la atención online y el uso de asistencia virtual para los hogares”, apunta Urizarbarrena, una cuestión que llama la atención por su ambivalencia: la teleasistencia y la telemedicina son tendencia en el sector, pero aún generan algunas incertidumbres en los clientes. 


EL PAPEL DE LA TECNOLOGÍA COMO MOTOR DEL CAMBIO
Cuando hablamos de tecnología aplicada al sector sociosanitario, en realidad estamos abarcando diversas innovaciones, que van desde la propia digitalización –tanto de la atención como de la gestión– hasta de nuevas soluciones eHealth que pueden favorecer la movilidad clínica, gestionar datos a través de la inteligencia artificial o propician una mayor conexión entre diferentes departamentos o disciplinas. 

Si acotamos el campo y nos centramos en la atención domiciliaria, el director de Comunicación de Inithealth destaca la posibilidad de “recabar datos sobre los usuarios, pudiendo tener una información en tiempo  real permanentemente actualizada”. De esta forma, añade, “los coordinadores y auxiliares pueden tener un acceso más rápido a la información y hacer más fácil muchas de sus gestiones del día a día”. Por supuesto, Santamaría estima que es evidentemente que estos procesos reducen costes, pero “lo realmente importante será cuando en el diseño de la solución pongamos en el centro a la persona cuidada y a su familia, para que esa ‘salud basada en valor’ no solo se mida en euros ahorrados, sino en grados de satisfacción”.

¿De qué manera concreta nos puede ayudar la tecnología? En su experiencia con el Grupo Init en el desarrollo de proyectos complejos y multidisciplinares, por ejemplo, con Grupo SSI y el Ayuntamiento de Bilbao o con varias empresas y hospitales como el de Basurto –perteneciente a la red de Osakidetza-, Santamaría ha podido explorar soluciones que detectan la posible fragilidad social de personas mayores en su domicilio. Todo ello a través de una serie de análisis sobre si abren la nevera a diario, salen a hacer actividades de ocio como tomar un café, etcétera. “Eso permite tomar decisiones, en base a informes mensuales, sobre el riesgo de dependencia social. Es algo que ya estábamos haciendo desde antes de la pandemia, pero ahora es si cabe más necesario contar con herramientas tecnológicas que permitan a las empresas tomar decisiones”.

Precisamente, la tendencia actual es retrasar el ingreso de las personas en las residencias de personas mayores, acudiendo solo cuando las personas pierden su autonomía completamente. Sin embargo, ¿llegará un momento en que la tecnología permitirá que la atención a domicilio pueda ser una opción sostenible –y viable económicamente– incluso en las últimas etapas de la vida? Santamaría está convencido de que habrá un crecimiento importante en este sentido: “Este modelo de atención ahorra costes al sistema de salud y a las compañías aseguradoras, al mismo tiempo que contribuye a aumentar la calidad de vida de las personas”. 

El director de Comunicación de Inithealth cree que “esto no solo es algo que veremos en el futuro. Hace ahora siete años, en el 2016, desde Grupo init, junto a Suara, ya implantamos programas de atención paliativa, de soporte al enfermo oncológico y de atención a personas con enfermedades crónicas avanzadas, incluyendo atención especializada en el domicilio y atención telefónica personalizada 365 días al año las 24 horas del día realizada por profesionales de salud, atención médica, sanitaria, psicológica, fisioterapéutica y social”. Además, continúa, “la persona disponía de acceso a una plataforma informática de gestión de la salud basada en Inithealth que le permitía acceder a contenidos de salud específicos y de interés, hacer un seguimiento de sus tratamientos y, lo más importante, mantener un contacto directo con los profesionales que le acompañaban”.

Santamaría alude a que varios estudios señalan que la mayoría de las personas mayores prefiere envejecer en su hogar y “muchos pensamos que la tecnología ayudará a que el servicio prestado en el domicilio sea mejor y se contengan costes en casos de personas sin dependencia extrema”. 

Si trasladamos estos avances al ámbito sanitario, la tecnología ya desempeña un papel fundamental en la medicina. Así lo afirma Urizarbarrena, a tenor de los datos recogidos en el informe de Ashoka: “Aquellas soluciones tecnológicas enfocadas en la prevención de enfermedades jugarán un papel fundamental para disminuir el ingreso en hospitales y centros sanitarios. Además, la optimización y centralización de los datos será esencial para brindar soluciones y diagnósticos personalizado, que a su vez repercutirá en tratamientos mucho más concretos y adaptados”.


OPORTUNIDADES Y AMENAZAS DE ESTA ERA
Una de las principales oportunidades que brinda este auge de la tecnología es precisamente el desarrollo de soluciones personalizadas para los pacientes, así como un diagnostico mucho más concreto. Urizarbarrena explica que “la tecnología es transversal a todo el campo de la medicina, por eso la oportunidad de prevenir las enfermedades y de ofrecer tratamientos mucho más concretos resulta bastante ventajoso”. Así, en el citado informe de Ashoka se resaltan los servicios de salud que mejoran las experiencias de pacientes y sanitarios, permitiendo a los mismos realizar consultas, terapias y recetas clínicas a través de medios digitales, “esto tendrá una repercusión en los centros de salud y además democratizará el acceso a la medicina”, señala.

El director de Comunicación de Inithealth remarca que un buen indicador para valorar el estado de salud de la población es lo que se conoce como esperanza de vida saludable, es decir, “el periodo de tiempo en el que las personas no van a necesitar algún tipo de asistencia”. Para mejora en este aspecto, opina Santamaría, “hay que mirar a Reino Unido y a su ‘Estrategia nacional para la vida longeva’ elaborada por el Grupo parlamentario británico por la Longevidad (All Party Parliamentary Group for Longevity, APPG for Longevity), en la que se han marcado como objetivo incrementar en cinco años la denominada ‘vida independiente’, con suficiente autonomía, de la población británica en 2035. Tenemos que diseñar entre todos soluciones tecnológicas que nos ayuden a vivir mejor ‘esos años de más’ en nuestro domicilio”. 

En el debe, y como posibles amenazas de esta transformación tecnológica, está la pérdida del factor humano, “por eso es tan importante que las soluciones estén diseñadas por y para las personas”, asegura la responsable de Alianzas en Ashoka España. Otra de las amenazas que resaltan los expertos es “que no exista la correcta formación y acompañamiento para el personal sanitario que ya se encuentra dentro del sistema y que, por lo tanto, queden apartados de los avances o rezagados”.

Santamaría coincide en que ese es uno de los principales riesgos de esta era: “La tecnología no tiene que ser un fin en sí mismo, sino que tiene que ser una herramienta para mejorar la vida de las personas. Hay que poner a las persona en el centro de todo y ver cómo la tecnología le ayuda a mejorar su bienestar”.




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