Pedro Regalado / Especialista en Geriatría. Director de Atención Intermedia en el Parc Sanitari Sant Joan de Déu
'Es importante establecer los mecanismos adecuados para detectar y actuar precozmente cualquier situación de maltrato'
"Cualquier estrategia que se implemente ha de basarse en la información adecuada a la sociedad de manera que se ayude a visibilizar el problema", destaca el director de Atención Intermedia en el Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Pregunta.- Cuando hablamos de violencia hacia las personas mayores tenemos un escollo que salvar: la falta de datos o estudios sobre este problema. ¿Por qué cree que sigue existiendo esta invisibilidad si la comparamos con la violencia de género o la infantil, por ejemplo?
Respuesta.- El maltrato a las personas mayores es un tema complejo, estigmatizado socialmente y, efectivamente, poco visibilizado, lo cual explica la falta de estudios y datos precisos sobre este grave problema. Pese a que en los últimos años ha aumentado la concienciación y el trabajo de muchas asociaciones e instituciones ha mejorado la conciencia social, existen factores que dificultan la identificación y denuncia de las situaciones de maltrato, lo que explica que los avances en su prevención no sean todo lo rápidos que sería deseable.
Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de estas situaciones las sufren personas con dependencia. La vergüenza, el miedo a que la denuncia provoque una situación de falta de cuidados, así como las relaciones de parentesco o de dependencia psicológica de los cuidadores suelen ser los factores que en ocasiones explican esta invisibilidad. Por otro lado, no hay que olvidar que un importante porcentaje de las situaciones de maltrato se producen en un contexto de sobrecarga, agotamiento y estrés de los cuidadores, con ayudas insuficientes, lo que añade aún más complejidad a esta situación.
P.- ¿Contribuye de alguna manera este hecho a que sea una realidad que tiende a ocultarse y que, por tanto, sea más difícil prevenirla y detectarla a tiempo?
R.- Aunque en los últimos años ha habido un cierto aumento de la visibilización social de los malos tratos a las personas mayores, aún existe una desproporción entre la magnitud del problema (tengamos en cuenta el acelerado envejecimiento de la población en los últimos años) y la escasa repercusión social y conocimiento de la población sobre esta cuestión.
Evidentemente, es difícil que se prevengan y se detecten situaciones que no se conocen, cuyas víctimas tienden a minimizar y a no expresar ni reconocer por los factores explicados anteriormente, sin que exista en la sociedad un índice de sospecha adecuado.
P.- ¿Cuáles considera que deberían ser las estrategias que ayuden a impulsar la prevención de esta lacra?
R.- Cualquier estrategia que se implemente ha de basarse en la información adecuada a la sociedad de manera que se ayude a visibilizar el problema, así como el aumento de los recursos disponibles para la asistencia a las personas mayores, que alivie el estrés y la sobrecarga de los cuidadores. También es importante establecer los mecanismos adecuados para detectar y actuar precozmente cualquier situación de maltrato. Además, es clave difundir su existencia y cómo han de activarse y utilizarse.
Desde el Parc Sanitari Sant Joan de Déu abordamos un modelo de atención integral centrado en la persona y priorizando sus necesidades. En el ámbito de la Atención Intermedia trabajamos con equipos multidisiciplinares para ofrecer a las personas mayores que se tratan o residen en nuestros centros una atención individualizada.
P.- Es evidente que hay distintas formas de maltrato pero, en líneas generales, ¿cuáles son esas señales de alerta que nos pueden apuntar a que un mayor de nuestro entorno está sufriendo algún tipo de violencia?
R.- Existen diversos tipos de maltrato, pudiendo citar, el maltrato físico, el emocional, el abuso sexual, el financiero, el abandono, el social o el farmacológico, entre otros.
Algunos signos de alarma suelen ser la aparición de lesiones sospechosas o con explicación no coherente por parte de los cuidadores, temor en la víctima cuando se halla presente el cuidador, caídas frecuentes sin una explicación médica clara, retraso en buscar ayuda médica cuando es necesario, mala higiene, ausencia de gafas o prótesis dentales cuando son necesarias, etcétera.
P.- En el momento de percibir estas alertas, ¿cómo debe intervenirse en esta situación para ayudar a la víctima de este problema?
R.- Evidentemente, aunque siempre conviene mantener una razonable prudencia, en el caso de una situación de maltrato es obligado realizar la pertinente denuncia. No obstante, también existen asociaciones tanto estatales (como el Imserso) como privadas que pueden asesorar y ayudar en el caso de que tengamos dudas sobre la situación que estamos observando o sobre como proceder.
P.- ¿Una situación de maltrato incrementa la vulnerabilidad o fragilidad de la víctima? ¿Cuáles son las consecuencias más graves de esta situación?
R.- Las consecuencias del maltrato pueden ser graves, como mortalidad evitable, aumento de la incapacidad, perjuicios económicos serios y una disminución de la autoestima con posibilidades de aparición de ansiedad, depresión y trastornos psiquiátricos. Influye, por desgracia de manera decisiva en muchos casos, en la evolución de las patologías que presenta el paciente, empeorando su pronóstico, empeorando la calidad de vida y en ocasiones adelantando un desenlace fatal.