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JOSÉ MANUEL RIBERA CASADO / CATEDRÁTICO EMÉRITO DE GERIATRÍA DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE MADRID

'Una buena salud subjetiva representa una una actitud positiva ante la vida, lo que ayuda a envejecer mejor'

Ribera Casado explica cuáles son los factores que más influyen en el envejecimiento y cómo se puede llegar a mayor con buena salud física y psíquica

Cristina Villanueva 10-10-2021

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PREGUNTA.- ¿Cuáles son los factores que más influyen en el envejecimiento? 

RESPUESTA.- Hay dos grandes grupos de factores. Uno es la herencia, lo que llamamos envejecimiento primario. Nacemos con una carga genética determinada que condiciona muchos aspectos en nuestra vida y, entre otras cosas, condiciona cómo vamos a envejecer.  El segundo factor es el que denominamos envejecimiento secundario, que tiene que ver básicamente con dos cosas: con el tipo de vida que hemos llevado (ejercicio, alimentación, hábitos tóxicos,…); y con las secuelas de enfermedades o accidentes que sufrimos a lo largo de la vida.  Esto, a la larga, quiere decir que cuando alguien llega a  los 75 u 80 años, pesan mucho más los factores de envejecimiento secundario que los del primario. En los primeros años desde que nacemos, la carga genética es lo más importante, pero a medida que crecemos, influyen mucho nuestro estilo de vida.

P.- En el Libro Blanco del Envejecimiento Activo, usted señala que entre un 40 y un 70% del total de enfermedades son parcial o totalmente prevenibles a través de la modificación en los estilos de vida. ¿Cuáles son las claves para tener una buena vejez?

R.- Es importante saber que sobre el envejecimiento primario en la práctica no se puede actuar a día de hoy, pero sobre el secundario sí. Aquí entra la prevención. Básicamente es incidir sobre lo que llamamos ‘vida sana’, que tiene tres componentes: la actividad física, que es fundamental; una alimentación sana y adecuada en cantidad y calidad; y los hábitos tóxicos, que son el tabaco, el alcohol, la contaminación,… Además, hay e evitar enfermedades que dejen secuelas, o intentar que dejen las menos posibles. Por ejemplo, si eres diabético o tienes hipertensión, es importante cuidar esa dolencia para tenerla controlada.
Respecto a las medidas preventivas la norma debe ser que cuanto antes mejor, desde niños y a lo largo de todo el ciclo de la vida.  Y además, no hay edad para no hacer prevención, es decir, a los 80 años se debe seguir previniendo las enfermedades. Si alguien deja de fumar a los 80 años, se está haciendo un favor y está previniendo un montón de enfermedades asociadas al tabaco. Lo ideal sería que no hubiera fumado o que lo hubiese dejado muchos años antes, pero si no lo ha hecho, nunca es tarde para prevenir.

P.- ¿Qué diferencias hay entre la salud objetiva y la subjetiva? ¿Cuál es la que más influye en el proceso de envejecimiento? 

R.- La salud objetiva es cómo estamos y la subjetiva es como se encuentra esa persona. A efectos prácticos, la salud subjetiva es importante, aunque lo mejor es tener una buena salud objetiva, pero para el día a día, que uno se encuentre bien es muy importante.
En las encuestas sobre salud por lo que respecta a las personas mayores, siempre dominan las respuestas positivas y es más alta la proporción de respuestas positivas en los hombres, que en las mujeres. Éstas viven más años, pero se encuentran peor de salud. Hay muchas teorías sobre esto. Una de ellas es que las mujeres mayores tienen enfermedades menos severas y mortales pero que generan más molestias y tienden a la cronicidad.
Por supuesto, si una persona se encuentra bien, es decir, tiene una buena salud subjetiva, eso representa una actitud positiva ante la vida, lo que ayuda a envejecer mejor. Las personas que se mantienen activas y afrontan la vida con optimismo, suelen vivir más años.

P.- ¿Está de acuerdo con las teorías del antiaging?, es decir, ¿se pueden ralentizar o modificar los efectos que produce el paso de los años en las personas? 

R.- En el envejecimiento primario, a medida que se van conociendo factores que tiene que ver con la genética o con la biología molecular, con la biogerontología en general, se van consiguiendo avances. En los años 50 apareció la teoría de los radicales libres, y cómo afectaban a nuestra salud. Se hicieron muchos experimentos y se consiguieron avances escasos. Se buscó intervenir a través de la alimentación, y así en monos se demostró que si se comía poco se aumentaban los años de vida, pero eso tiene sus inconvenientes, porque no mucha gente está dispuesta a comer poco toda la vida.
Es un campo abierto y es muy posible que alguna de las vías que se están investigando consiga aumentar en algún momento la esperanza de vida, pero esto será a largo plazo.
Dentro de este campo, hay líneas que son de dudosa aplicabilidad. Por ejemplo, los tratamientos hormonales, como la hormona de crecimiento o la testosterona. Esto produce efectos positivos en algunos casos, pero también está demostrado que estos tratamientos generan muchos casos de cáncer u otro tipo de enfermedades.
Hoy por hoy hay más de quimera que de realidad. Lo único que está demostrado como efectivo hoy en día es actuar sobre el envejecimiento secundario, la prevención. 

P.- ¿Cree que las personas mayores de hoy en día cuidan su salud mental y física?

R.- Las personas que tienen de 80 para arriba hemos crecido escuchando frases muy ofensivas, como ‘a su edad qué querrá’ o ‘bastante bien está para los años que tiene’. No hay una fecha exacta para determinar cuando alguien envejece. 
Cada vez se tiene más conciencia de que hay que cuidar la salud. Pero los hábitos de vida juegan un papel importante y también los condicionantes sociales, por ejemplo, alguien que viva solo lo tienen más complicado para llevar una vida activa y saludable. En este sentido, la tecnología ha avanzado mucho y también se recibe mucha información a través de la televisión y la radio; por lo tanto la gente está más concienciada y sabe lo que sucede en el mundo y a su alrededor, esto también ayuda a llevar una vida saludable.  

P.- ¿Qué medidas debería tomar el sistema sanitario para promocionar estilos de vida saludable?

Desde las administraciones lo más importante es que promuevan la educación sanitaria. Hay muchas maneras de llevar a cabo esto, hay que educar a la gente y facilitar que eso mensajes que se envían puedan hacerse realidad, tanto desde Atención Primaria como desde las especialidades.
También tiene un papel muy importante los profesionales de la comunicación y los educadores a cualquier nivel incluidos los profesores de los colegios y los institutos, todos son pilares fundamentales para educar en salud.
Por otro lado, a nivel del sistema de salud, sería muy interesante que los médicos tuvieran más tiempo en cada consulta, esto es algo que habría que cambiar, porque si un médico de atención primaria tiene que ver un número desproporcionado de pacientes en una mañana, no puede fijarse en aspectos como controlar el tratamiento que está llevando el paciente, educar o hacer prevención con esa persona, detectar precozmente determinadas patologías, etcétera.


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