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Beatriz Gázquez / Fundadora y CEO de 3D Social Movement

‘La nueva longevidad exige un enfoque diferente y más inclusivo para desarrollar el potencial humano’

Horacio R. Maseda 18-09-2023

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PREGUNTA.- Desde 2013, en 3D Social Movement han desarrollado más de 340 proyectos, tanto privados como públicos. ¿Cómo surgen la mayoría de proyectos, se acercan los clientes con un objetivo o son ustedes quienes idean una propuesta?

RESPUESTA.- Hay un poco de ambas, pero, por lo general, somos nosotros los que a partir de las necesidades sociales que detectamos pensamos en iniciativas que contribuyan a dar respuesta a estos retos sociales.
Por ejemplo, una de las iniciativas que tenemos en marcha para el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, relacionada con el Modelo de Participación Público Social con las personas Mayores, Agenda Nagusi, se fraguó en el 2014, cuando ya veníamos observando que la ciudadanía estaba reclamando un papel más activo en la toma de las decisiones políticas, luego vino todo el movimiento del 15M, que vino a reforzar la necesidad de nuevos modelos de gobernanza. Planteamos la iniciativa al Gobierno Vasco, y este realizó una clara apuesta por el modelo, que en la actualidad sigue vigente. 

Parecida ha sido también la elaboración de la ‘Estrategia contra la Soledad no deseada’ que llevamos a cabo para la Diputación Foral de Álava. Se ideó antes de la pandemia, pero esta hizo que se agilizara mucho más su apuesta y puesta en práctica.

Por otra parte, en otras ocasiones recibimos los encargos como, por ejemplo, el de acompañar en un proceso participativo para la elaboración de la ‘Estrategia Vasca de Voluntariado’; o, en estos momentos, acompañar al Colegio de Psicología de Bizkaia a entablar un proceso participativo que reflexione sobre el valor y las aportaciones que esta profesión pueden realizar para mejorar la gobernanza.

P.- Las ‘3D’ del nombre se refieren a ‘desarrollar’ (desde la generación de ideas hasta su ejecución), ‘diferenciar’ (apostando por la creatividad) y ‘disfrutar’ (en el proceso y del resultado). ¿Cuántas personas forman parte del equipo y cuál es su perfil profesional?

R.- Como te comentaba, en la mayoría de las ocasiones, partimos de detectar una necesidad social y, desde ahí, planteamos el reto y ponemos las cabezas a pensar. Contar con un equipo multidisciplinar nos permite abordar las propuestas desde perspectivas muy diferentes y enriquecedoras. Contamos con profesionales del ámbito de la gerontología social, el trabajo social, la antropología, la psicología, la economía, la participación, la calidad, el diseño gráfico, la comunicación  y la producción, entre otros. 

Una vez que tenemos la idea, pasamos a una fase de investigación y contexto que nos ayuda a tener un conocimiento más profundo sobre el reto y nos permite esbozar las líneas principales del proyecto.

P.- La longevidad es el principal reto que se deriva de todos sus proyectos; y las personas mayores, por tanto, suelen ser sus agentes protagonistas. La participación, lo comunitario… ¿es un aspecto clave en el éxito de un proyecto?

R.- Desde nuestros orígenes, las personas mayores han tenido un papel central y protagonista en la mayoría de nuestras propuestas, pero nosotros hemos puesto el foco, sobre todo, en las personas mayores como sujetos activos en el desarrollo de esta sociedad, no solo como objeto de atención. Las personas mayores quieren formar parte de las soluciones y propuestas a los retos que tenemos en la actualidad. 

Como bien decías, la longevidad es un éxito de la humanidad, pero a la vez supone un reto en sí misma, porque como decía, recientemente, Daniel Innerarity, en uno de los aforismos que ha compartido en Agenda Nagusi, se trata de “alargar la vida, no de estirarla”. Se trata de vivir vidas más largas, pero felices, seguras, colaborativas, experimentando un sentido de pertenencia y un propósito en la vida. Y esto va a requerir de importantes transformaciones en el mapa actual de la vida, que estaba diseñado a los inicios del siglo XIX, cuando ningún país superaba los 40 años de esperanza de vida. Este mapa ya no nos vale, y no va a servir para abordar un buen futuro. 

Por ponerte algunos ejemplos, la jubilación es un hito fundamental en la vida de una gran mayoría de las personas en el siglo XXI, pero también tiene un gran impacto en empresa e instituciones, que, en aplicación del modelo laboral tradicional, están perdiendo un capital humano debido a la llegada masiva de los baby boomer a la edad tradicional de jubilación en los países más industrializados. Se plantea un reto que requiere adaptaciones legales y sociales como estamos viendo. Ante esta situación, ¿no sería deseable que tanto empresas y organizaciones como personas pudieran establecer itinerarios flexibles que facilitaran la transición a las personas que se acercan a la jubilación y a las empresas realizar una transferencia “ordenada” del conocimiento y la experiencia que estas personas atesoran?  

El actual modelo educativo fue diseñado para capacitar a las personas de cara a su etapa productiva cuando vivíamos 60 o 70 años, y básicamente, se diseñó para hombres que contaban con una red familiar y personal para el cuidado (estructura familiar convencional), y que además tenían uno o muy pocos trabajos a lo largo de su vida laboral. 

La sociedad actual y la nueva longevidad exigen un enfoque diferente y más inclusivo para desarrollar el potencial humano: con unos pocos años de formación especializada (entre tres y cinco años) no es posible afrontar vidas de 100 años, especialmente en un mundo en proceso de cambio cada vez más acelerado, que exige capacidad permanente de adaptarse e incluso de reinventarse. Un nuevo modelo, más adecuado debería permitir a las personas de todas las edades adquirir el conocimiento que necesitan en cada etapa de sus vidas y acceder a él de acuerdo con modalidades formativas que se ajusten a sus necesidades, intereses, habilidades, horarios y capacidad económica.

P.- Entre sus iniciativas más conocidas en Euskadi están la citada Agenda Nagusi. La idea ha sido crear un espacio común entre la agenda ciudadana (lo que les preocupa) y la agenda política. ¿Están ‘conectados’ los Gobiernos a los problemas del colectivo senior?

R.- Creo que sí están conectados y hay voluntad de estarlo. El movimiento asociativo de personas mayores en Euskadi ha sido siempre un movimiento con una representación amplia, y ahora con la creación de Euskadiko Adinekoen Batzordea (EAB) se da un paso más.

La EAB se crea para orientar, diseñar, planificar y evaluar políticas dirigidas a las personas mayores en el ámbito competencial del Gobierno Vasco e impulsar iniciativas conjuntas o en colaboración, que incidan, entre otros objetivos, sobre la percepción social de las personas mayores y la lucha contra el estigma, la mejora de sus condiciones de vida y el impulso de su participación social. 

También inciden sobre la mejora de la atención a las personas mayores en situación o riesgo de dependencia y la promoción de la autonomía, la vida plena y el talento en todas las fases del ciclo vital y espacios, ofreciendo cauces de desarrollo de las capacidades de las diversas generaciones de personas mayores y respondiendo a sus necesidades de apoyo de forma progresiva pivotando sobre tres ejes; personas, apoyos y entorno.
Además, ayudan a completar el objetivo de país de aumentar la esperanza de vida media, así como sobre el envejecimiento libre de discapacidad.

Sin duda, siempre hay margen de mejora, pero yo esa mejora la orientaría más hacia iniciativas y cauces que promuevan la colaboración intergeneracional, que va a ser un reto de futuro muy necesario para evitar desigualdades y enfrentamientos entre generaciones.

P.- La iniciativa proveniente de la OMS, AGE Friendly-Cities, aquí conocidas como ciudades amigables, también está calando más en la sociedad y los dirigentes, consciente de la necesidad de adaptar las urbes al colectivo senior. En este sentido, ¿cómo han trabajado y evolucionado ciudades como Getxo o Bilbao –con quienes han trabajado– en estos últimos años?

R.- La verdad es que ha evolucionado bastante, porque recuerdo los orígenes, cuando tanto desde Donostia como Bilbao fuimos de las ciudades pioneras a nivel del Estado en sumarnos a esta iniciativa, y recuerdo lo emocionante que fue acudir en el 2011 a Dublín a la Firma del Compromiso junto a otras 40 ciudades del todo el mundo. Ahora son más de 500 ciudades en 37 países alrededor del mundo. Además, ahora ya se habla de ciudades y comunidades amigables con las personas mayores.

En Euskadi fue muy importante el impulso que el Gobierno Vasco dio con la instauración de la Red Euskadi Lagunkoia, porque facilitó la contextualización y adaptación de la iniciativa a nuestra realidad. Facilitó el acceso a materiales, metodologías (en los inicios toda la documentación estaba en inglés) y ello ha dado como resultado que más de 74 municipios estén trabajando ya en la adecuación de los servicios y recursos para crear un entorno urbano, integrador y accesible, que fomente la convivencia entre personas y el envejecimiento pleno de las personas mayores.

P.- La iniciativa privada también busca muchas veces servicios como los que ofrecen en 3D Social Movement. Ustedes trabajan con entidades como la Universidad de Deusto, Euskaltel, IMQ o Gurena, entre otras. Los intereses empresariales no tienen por qué estar reñidos con los de la ciudadanía, ¿no? ¿Por qué cree que a veces se habla de mercantilizar la salud?

R.- Hay una estigmatización de lo privado, en especial, en temas de carácter social y creo que no es justo. Parece que los interese empresariales únicamente están orientados al beneficio económico de unos pocos y no es así. Hay empresas privadas de todo tipo, al igual que hay entidades sociales sin ánimo de lucro de todo tipo. 
En cualquier caso, tenemos la responsabilidad de reconocer a las que lo hacen bien, con profesionales competentes, con salarios dignos y con un compromiso social fundamentado, al margen de que, además, ganen dinero con ello.

Cualquier intervención importante en asuntos o políticas sociales va a tener que contar con los diferentes agentes para que pueda avanzar: con un sistema regulador, con una iniciativa social organizada, con el ámbito comunitario y, por supuesto, con el mercado y los servicios privados. De otra manera, va a ser inviable el avance y dar respuesta a todas las necesidades. Eso sí, no hay que olvidar la regulación, el seguimiento, la evaluación y el control sobre la calidad de los servicios.

P.- ¿Está en los planes de 3D Social Movement extender sus fronteras fuera de Euskadi o, de momento, se centrarán en ampliar los posibles horizontes en la comunidad vasca?

R.- Pues de momento, afortunadamente, tenemos muchos proyectos ilusionantes aquí y no hemos salido, pero no lo descartamos en el futuro. Hay mucho del conocimiento y experiencia adquirida que sería fácilmente trasferida a otros lugares.

Nos gusta mucho disfrutar y poder mimar los proyectos en los que estamos inmersos y a veces hemos tenido que decir no a otras propuestas, para no rebajar la dedicación y calidad que nos gusta ofrecer.


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