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Cristina Rodríguez Porrero / Presidenta de la Comisión de Longevidad empoderada y colaborativa (PMP)

'Avanzar en un envejecimiento activo y saludable implica un proceso de optimizar oportunidades en todos los ámbitos de la vida de las personas'

Hablamos con la presidenta de la Comisión de Longevidad empoderada y colaborativa de la PMP: "Las personas mayores y las personas con discapacidad mayores debemos promover los cambios que nos permitan ejercer nuestro liderazgo para impulsar, movilizar y aplicar mejoras y aportar al bien común", destaca

M.S. / EM 13-06-2024

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Pregunta.- Está al frente de una de las comisiones de la Plataforma de Mayores y Pensionistas. ¿Cuáles son los ejes de actuación en los que trabajan desde esta área?
Respuesta.- Desde sus comisiones se trabaja de manera transversal ya que los temas que nos afectan están interrelacionados y son complementarios. En los diferentes grupos se abarcan temas relacionados con los derechos, los cuidados, la sanidad y coordinación sociosanitaria, la protección jurídica y no discriminación, la soledad no deseada, el mundo rural, la inclusión digital, la igualdad y el apoyo asociativo.
Nuestra comisión ha pasado a denominarse Longevidad empoderada y colaborativa, resaltando el enfoque basado en derechos, dignidad y diversidad,  y en el aporte de  valor a la sociedad en colaboración con múltiples agentes. Las áreas principales de trabajo se relacionan con temas tan importantes como: Liderazgo y Participación, Formación y Desarrollo de competencias a lo largo de la vida, Accesibilidad y Diseño para todas las personas, Tecnología para la vida y entornos amigables, Talento senior, Longevidad y su influencia positiva en la sociedad. Para ello contamos con la generosa implicación de grandes profesionales con mucha experiencia y conocimiento en estas materias.
Las personas mayores y las personas con discapacidad mayores debemos promover los cambios que nos permitan ejercer nuestro liderazgo para impulsar, movilizar y aplicar mejoras y aportar al bien común. La longevidad empoderada no supone una división de la sociedad entre personas activas o no activas, sino que defiende que todas las personas puedan decidir sobre su vida, manteniendo relaciones intergeneracionales y formando parte de la comunidad, viviendo plenamente el mayor tiempo posible. La longevidad colaborativa considera que participar implica “ser parte”, “formar parte” y “tomar parte” influyendo en la realidad que vivimos, garantizando el acceso y disfrute de los derechos y bienestar de todas las personas. Para que esto sea posible se requieren sociedades y entornos que faciliten y capaciten a las personas para desarrollar estas potencialidades, propósitos e intereses, lo que redundará en beneficios sociales, sanitarios, económicos, de sostenibilidad y de transformación social.

P.- Asegurar un envejecimiento activo y saludable es, sin duda, un gran desafío. ¿Diría que existe en España un compromiso firme por parte de las Administraciones competentes con este reto?
R.- La longevidad es algo que debemos celebrar pero también nos toca gestionar, siendo conscientes de que todas las personas somos susceptibles de ser vulnerables y reconociendo que el impacto negativo de las desigualdades muy frecuentemente se acrecienta con la edad. 
Conseguir avanzar en un envejecimiento activo y saludable implica un proceso de optimizar oportunidades en todos los ámbitos que afectan a la vida de las personas: sanitario, social, laboral, económico, de consumo, vivienda, cuidados, relaciones, sociedad digital, participación… Se están produciendo avances legislativos muy importantes que nos aseguran un marco de derechos para las personas mayores y personas mayores con discapacidad. Valoramos muy positivamente que el reto de la longevidad está muy alto en la agenda política y en la concienciación social, lo que debería suponer un factor de consenso facilitador en tiempos de complejidad, cambios e incertidumbres. Uno de los desafíos del documento “España 2050” desarrollado por el Gobierno, establece que se debe “Preparar nuestro estado de bienestar para una sociedad más longeva”,  lo que está muy en consonancia con los objetivos en los que estamos implicados.
Desde la PMP buscamos una interlocución colaborativa y fiable con Administraciones públicas, grupos parlamentarios, entidades privadas, universidades  y otras organizaciones. Participamos mediante aportaciones en términos de asesoría y acompañamiento técnico estableciendo alianzas y desarrollando actuaciones. Trabajamos también en la incidencia normativa, reclamando mejoras, proponiendo cambios legislativos y realizando seguimiento de los avances.
Muchas veces observamos que el edadismo ocurre por omisión, es decir por ignorar las necesidades e intereses de las personas mayores y personas con discapacidad mayores. Queremos estar visibles y presentes allí donde se tomen decisiones que nos afectan. También tenemos que trabajar conjuntamente para evitar autoedadismos y ser más conscientes de nuestro papel como generadores de bienestar.
Se debe producir un cambio en la valoración de las propias personas mayores considerándonos agentes activos responsables y preparados para ejercer una colaboración efectiva, sustituyendo el planteamiento basado en necesidades, en el que solamente se nos reconocía un papel meramente receptivo como consumidores pasivos de servicios, por el reconocimiento  y valoración de un nuevo rol de empoderamiento,  liderazgo y responsabilidad en la consecución de derechos y mejoras en el bienestar de presentes y futuras generaciones. 
Las administraciones y entidades valoran cada vez más la aportación de la sociedad civil organizada y representativa, siendo conscientes de que para responder al  reto de la longevidad se requiere el compromiso de diferentes agentes y la implicación de las propias personas mayores y personas con discapacidad mayores en toda su diversidad. Este reconocimiento se debe traducir en un mayor apoyo a las asociaciones representativas de las personas mayores y una positiva valoración de su contribución a la sociedad.

P.- Según los principios que defienden desde la PMP, ¿cuáles serían los componentes imprescindibles que deben darse para que hablemos de envejecimiento activo? 
R.- El proceso de envejecer es natural, dinámico y multifactorial, y no debe verse como un efecto meramente limitador sino como un desarrollo y utilización de potencialidades y contribuciones, desde los derechos y dignidad en la diversidad. Hay tantas maneras de envejecer activamente como personas y muy distintas posibilidades de contribuir a la sociedad según preferencias, experiencias e intereses.
Tenemos que tener en cuenta que el proceso de envejecer se inicia mucho antes de que lleguemos a mayores. Decía Cicerón que “las canas y las arrugas no proporcionan de repente autoridad moral, sino los años de vida precedentes, vividos con dignidad y buen hacer”.
El envejecimiento saludable y activo depende en gran medida del entorno que rodea a la persona y de las propias implicaciones personales que deben ser asumidas durante todo el proceso vital. Intentando resumir todos los componentes que tiene este reto, podemos citar aquellos referidos a la persona  y aquellos relacionados con el entorno, teniendo  en cuenta la estrecha interrelación entre ambos.
A nivel de la persona debemos abarcar aspectos como la autorrealización, la autonomía, el mantenimiento y fortalecimiento de nuestras capacidades, tener el control de lo que sucede en nuestras vidas, vivir con propósitos y planes de vida; prever y prevenir situaciones de mayor vulnerabilidad, autocuidarnos con hábitos de vida saludables y seguir aprendiendo a lo largo de la vida, aceptar cambios y sentirnos bien con nosotros mismos haciendo aquello que valoramos importante y evitar el auto-edadismo. Asimismo, mantener y fomentar vínculos y  relaciones intergeneracionales y significativas con otras personas, familiares, amigos, vecinos, asociados, nuevas amistades…. Y contribuir a la  mejora de la sociedad participando con otros agentes de muy diversas maneras según nuestras preferencias e intereses.
En relación a los entornos, incluyendo los de la sociedad digital, estos deben ser respetuosos con los derechos y dignidad de la diversidad humana, plenamente accesibles, asequibles, entendibles y facilitadores de la autonomía y participación, aprovechando recursos  existentes e innovando en nuevas oportunidades. Se debe crear una conciencia colectiva de valoración de la longevidad sin riesgos de edadismos, así como asegurar apoyos y cuidados centrados en las personas que lleguen de manera integral y continuada a cubrir necesidades diversas y permitan ejercer los derechos de ciudadanía en condiciones de igualdad. Y ello debe posibilitar la estima, satisfacción y experiencias de ser bien tratados conforme a la propia dignidad, al propio código moral, a los deseos, valores y preferencias de cada persona y sentirse parte valorada de la sociedad. Se debe producir un cambio muy necesario de considerar los cuidados una responsabilidad de toda la sociedad, siendo conscientes que todas las personas  tenemos responsabilidades de cuidarnos, cuidar a las personas y cuidar el entorno en el que vivimos.

P.- Y si hablamos en concreto del rural, ¿cuáles deberían ser las prioridades para garantizar también en estas zonas un envejecimiento saludable y mejores condiciones de vida para todos sus habitantes?
R.- Desde la PMP tenemos muy presente la situación de las personas mayores en el ámbito rural, por sus especiales características, existiendo una comisión específica para trabajar en este marco, con especial incidencia en las mujeres rurales y su aporte a la sociedad. Desde nuestra comisión de Longevidad empoderada y participativa consideramos que la longevidad puede y debe ser una gran oportunidad para mejorar el bienestar de quienes  viven en entornos rurales, pero para ello se tienen que asegurar una serie de condicionantes. 
Desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados hemos participado y sido testigos de cómo pueblos con riesgo de quedarse sin población se han recuperado al haber optado por dar apoyos a las personas mayores para que no tuvieran que abandonar sus casas y pasar a instituciones y centros alejados de su entorno, mejorando la accesibilidad y creando servicios en el pueblo. Ello ha favorecido que hubiera nuevas posibilidades de empleo, no se cerraran colegios, se favorecieran las relaciones intergeneracionales y las personas mayores estuvieran satisfechas de su vida, sus relaciones y sus aportaciones. 
El empoderamiento de los mayores y su contribución a mejorar su pueblo o entorno, se ha visto facilitada con la participación activa de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las personas mayores.
Siendo muy conscientes de las dificultades para ejercer derechos cuando se suprimen servicios bancarios, sanitarios, de cuidados, y de otras características, hemos realizado aportaciones a la Ley de protección de consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, ya en vigor, que ofrece una protección reforzada al consumidor vulnerable. Hemos colaborado en el Proyecto de Ley de creación de la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, y en el Anteproyecto de Ley de condiciones básicas para la igualdad del acceso y disfrute de los servicios sociales, entre otras acciones. 
La longevidad debe ser un estímulo para la vida en entornos rurales con beneficios para actuales y nuevas generaciones.

P.- La lucha contra la soledad es una de prioridades para la PMP. ¿Considera que se están dando los pasos necesarios para poner en marcha la Estrategia Estatal contra la Soledad?
R.- La relación desde la PMP con el Imserso y con su nueva directora, profundamente conocedora de esta materia, es muy intensa y colaborativa, tanto en este aspecto como en otros relacionados con la longevidad. Y es desde el Imserso, a instancias del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, desde dónde se están llevando a cabo los trabajos para sacar adelante esta importante Estrategia. Debemos aclarar que el cometido lleva ya mucho tiempo de preparación y de colaboraciones y que la previsión es que esté disponible a comienzos del próximo 2025.
Existen ya en nuestro país una gran variedad de iniciativas para prevenir y atender situaciones de soledades no deseadas, pero el papel de esta Estrategia es más global, poniendo en valor una mirada transversal y holística, valorando el impacto de la soledad y sus consecuencias en distintos ámbitos de la sociedad, analizando las distintas vulnerabilidades por edad, género, discapacidad, economía, entorno en el que se vive, exclusión social… y otros factores. Pretende ser un documento de posicionamiento, sensibilización, prevención, conocimiento, y de actuación en el entorno y apoyo a  las personas que tienen diversidad de situaciones, intereses, necesidades y estilos de vida. Es importante propiciar  trabajos de investigación ya que existen insuficientes evidencias científicas que sirvan de apoyo a las distintas actuaciones presentes y futuras.  También hay que considerar que la soledad no deseada es un reto global a nivel internacional, con distintas características de cada país para gestionarlo con éxito. Está vinculado con las relaciones intergeneracionales y los cambios en la familia y en la sociedad, el edadismo, el individualismo, la sociedad de consumo, y la sociedad digital, y el planteamiento moral y ético para tratar los cuidados y apoyos.
Desde la Comisión de Longevidad empoderada y participativa señalamos también la importancia de un entorno comunitario accesible y facilitador de potencialidades de la personas, las oportunidades que se deben producir con el fin  de mantener y fomentar  vínculos y relaciones significativas gratificantes, y  la necesidad que tenemos de gestionar eficaz y positivamente  la longevidad que permita una participación y contribución a la sociedad de la que sentirnos parte valiosa y valorada.


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