ALFREDO BOHÓRQUEZ / MÉDICO GERIATRA, PRESIDENTE DE ALBOR CONSULTOR Y AUTOR DEL MÉTODO MINI-GESTIÓN EXCELLENT (MnGE)
'Tenemos conocimiento, experiencia y talento. Lo que nos falta es ese espacio de diálogo'
Alfredo Bohórquez afirma que para llevar a cabo la reforma es necesario incorporar a las organizaciones de personas mayores en esa negociación, y que laa pensiones adecuadas son fundamentales.
Pregunta.- El cambio demográfico plantea un importante reto tanto a las administraciones como al sector privado de atención sociosanitaria. ¿Estamos preparados para dar la adecuada atención de calidad a una sociedad que envejece?
Respuesta.- Yo creo que sí porque tenemos capacidad de conocimiento, de experiencia y talento. Lo que nos falta es el espacio de diálogo y el espacio de diseño. Tenemos profesionales muy capacitados para elaborar ese nuevo diseño, pero también es imprescindible mayor inversión pública, porque es necesario impulsar la inversión en el estado de bienestar.
Hay que mejorar los modelos y creo que es muy importante dar un fuerte impulso a todos los servicios de atención domiciliaria.
En los domicilios, que es donde está más del 95% de la población mayor, tenemos que hacer una intervención más activa y en la que haya coordinación sociosanitaria, atendiendo a las enfermedades crónicas, a la rehabilitación. El rediseño en este campo es muy importante, tanto desde Atención Primaria, como de los servicios sociales municipales.
P.- Qué recursos o servicios serán claves en el futuro para que las personas mayores vivan muchos años pero de una forma satisfactoria?
R.- El más importante con diferencia es el Sistema de Pensiones. Para llevar a cabo esa reforma, es necesario incorporar a las organizaciones de personas mayores en esa negociación. Las pensiones adecuadas son fundamentales, tanto para corregir las enormes desigualdades que hay entre algunas prestaciones –como las de viudedad y las no contributivas, que son muy bajas– como para proveer a los mayores de recursos económicos que les permitan tener una buena calidad de vida. Pero, como digo, es importante que la sociedad civil esté en ese diálogo, porque las pensiones son un pacto intergeneracional.
Por otro lado, también es fundamental impulsar los programas de prevención, de envejecimiento activo, de control de enfermedades crónicas, para paliar la soledad no desaseada.
Invertir en prevención es ahorrar costes sanitarios, porque una persona con buena salud y buena interacción social, seguirá saludable mucho tiempo y además, transforma su mapa genético. Esto hay que tomarlo muy en serio, porque con el envejecimiento poblacional, o se impulsan programas de prevención eficientes y adecuados, o en el futuro tendremos unos costes en dependencia inasumibles. Y, finalmente, potenciar al máximo los servicios domiciliarios.
P.- Si miramos a los países de nuestro entorno ¿Con qué modelo de atención se queda?
R.- Hay modelos internacionales muy interesantes, como los de los países nórdicos que tienen unos programas comunitarios muy interesantes.
Por eso, deberíamos aprovechar lo mejor de cada modelo para construir el nuestro.
Tenemos que evolucionar en dos aspectos: uno, impulsar el talento de las personas y la investigación, como hace el mundo anglosajón;y el otro es tener esa visión colectiva de que el proyecto de convivencia que estamos construyendo es que el queremos como sociedad. En ese diseño tienen que participar dos generaciones fundamentales, las personas mayores y los jóvenes. Por una parte, los mayores aportarán experiencia y los jóvenes ideas novedosas y de futuro.
Por lo tanto, tenemos las personas, el talento y el conocimiento, pero si no nos sentamos a hablar, no seremos capaces de abordar el cambio.
P.- Respecto a la profesionalización de los trabajadores del sector ¿qué medidas hay que impulsar para que la atención sea ejercida por especialistas?
R.- La formación es imprescindible. Nosotros la enfocamos desde la excelencia con personas, porque los profesionales deben ser excelentes con sus compañeros, en la intervención con los pacientes y con los residentes. Además, la formación en ética, en la calidad de los cuidados, es muy importante. Y, por último, los equipos deben ser multiprofesionales, con un mayor número de perfiles para abordar todas las necesidades de atención.