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Como en casa, así se sienten muchos mayores del rural gallego

M.S. / EM 30-01-2023

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Ya se han cumplido cuatro años desde que el Gobierno autonómico decidiese apostar por un nuevo recurso de atención para los mayores que viven en pequeños municipios de Galicia. Se trata de las Casas do Maior, unos centros pensados para acercar los servicios que, de alguna manera, se ofrecen en los equipamientos de atención diurna pero en aquellas pequeñas aldeas en las que no se disponen de ellos. Es decir, las casas se presentan como recursos de conciliación que pueden ofrecer terapias y actividades a las personas mayores dentro de su entorno, algo que resulta de vital importancia en una geografía como la gallega, marcada por la dispersión y el envejecimiento de su población. 

Natalí Asorey es trabajadora social y una de las once mujeres que forman la Red de Cooperativas Colaxe (Costa da Morte). Además, es la impulsora de una de las primeras Casas do Maior de Galicia, la de Colaxe (en Laxe), que hoy se erige como un modelo de atención a los senior en la comunidad autónoma. Como destaca a entremayores, lo más importante es que “son servicios de proximidad que hace posible que los mayores estén sociabilizando pero al lado de su casa, sin tener que trasladarse lejos. Es un espacio que, además, les resulta más estimulante que estar solos en sus domicilios”. Además, continúa, este recurso supone un motor para la economía y el trabajo local pues se crean esos puestos de trabajo de las cuidadoras que contribuyen a esa ansiada dinamización del rural. 

EL DÍA A DÍA "EN CASA"
Las Casas do Maior atienden a un máximo de cinco mayores a partir de los 60 años y en cada una de ellas se ofrece atención 100% gratuita –a excepción de la comida, si es que desean contratarlo los usuarios, con un coste de cinco euros– durante un horario flexible de hasta ocho horas diarias de lunes a viernes.

Al frente de cada una de esas casas, como relata Asorey, está una mujer con formación en atención a mayores. “Tenemos la rutina muy estructurada pero de los aspectos más positivos es que al tratarse de grupos tan reducidos, prácticamente realizamos una atención personalizada. Es decir, nos adaptamos a lo que los mayores quieren y sus condiciones, intentando siempre que sean partícipes”, comenta.

A fin de cuentas, el día a día en una Casa do Maior no dista demasiado del de otra casa particular. “La mañana se divide entre recoger a los usuarios, leer con ellos la prensa y comentar las noticias, manualidades, practicar algún tipo de rutina de hábitos saludables o terapias no farmacológicas....”, relata. “Sobre todo intentamos hacer hincapié en el ámbito preventivo y rehabilitador, así como en aquellas actividades que les permitan mantener la mente activa o mejorar su psicomotricidad. Lo fundamental de cualquier actividad es que les guste y les permita desarrollarla en grupo”, añade.

Como destaca Asorey en esta entrevista, las Casas do Maior se consolidan, además, como un elemento clave para luchar contra la soledad y aislamiento que viven muchos gallegos que residen en el rural. “Ellos valoran mucho estar acompañados y, al mismo tiempo, poder seguir manteniendo las rutinas de seguir viviendo en sus casas”, afirma.

CRECIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DE ESTE RECURSO
En aquella primera convocatoria piloto, en 2018, fueron 20 los centros creados por toda la comunidad autónoma en los que se atendían a un total de 100 usuarios. Debido al éxito de estas equipaciones, se fueron aprobando sucesivas órdenes para la puesta en marcha de estas casas y, tras la pandemia, la Xunta aprobó una nueva orden que elevó el número de centros hasta las 104 actuales, lo que incrementa el número de plazas a disposición de los mayores de estos municipios hasta las 520.

Recientemente, el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicaba la resolución de la orden de ayudas de Casas do Maior a través de la cual la Xunta creará 355 nuevas plazas de atención diurna para gallegos de más de 60 años. Así, esta nueva orden que anunció recientemente la conselleira de Política Social e Xuventude, Fabiola García, permitirá crear 71 centros de los cuales 21 estarán en la provincia de A Coruña, 15 en la de Lugo, 26 en la de Ourense y nueve en la provincia de Pontevedra.

Para aquellas promotoras de estos servicios interesadas en poner en marcha esta iniciativa, el Gobierno gallego ofrece una ayuda inicial a las de 15.000 euros para la adaptación de las instalaciones. Además, se concede una subvención anual de 19.600 euros para su funcionamiento y se ofrecen ayudas para que las personas promotoras puedan asumir los gastos de desplazamiento de las personas mayores desde y hasta estos centros.

En esta última convocatoria se incluyen una serie de novedades como, por ejemplo, que las personas usuarias no tienen por qué tener un grado de dependencia reconocido, se pudieron solicitar para cualquier ayuntamiento sin recurso de conciliación similar y se ofrecieron ayudas para que las personas promotoras puedan asumir el desplazamiento de las personas mayores desde y hacia los centros.

En definitiva, este recurso se enmarca en la apuesta del Ejecutivo autonómico por acercar a las personas mayores servicios de proximidad, que les permitan vivir esta etapa de sus vidas dónde y cómo prefieran.


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