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Expertos creen que faltan profesionales para dar respuesta al envejecimiento
Ayer se inauguró en el BEC el VII Simposio Orue, que durante dos días analiza modelos de atención en el domicilio
Redacción EM 19-10-2012

Uno de los retos a los que se enfrenta la Unión Europea en las políticas de bienestar social es la falta de trabajadores cualificados para atender las necesidades que presenta el colectivo de personas mayores. En esta idea han coincidido varias de las personas que han inaugurado esta tarde el VII Congreso Orue de envejecimiento en el domicilio, entre ellas la especialista en Salud Pública de la Comisión Europea Inés García Sánchez.
Otra coincidencia que han mantenido en se basa en que la sostenibilidad de los servicios sociales precisa alargar la vida laboral de las personas. “Los mayores de 55 años tienen más experiencia e independencia en la toma de decisiones y no tanta facilidad tecnológica, pero adaptando los espacios de trabajo pueden mantenerse activos y aportar sus conocimientos y experiencia a la sociedad”, ha señalado García Sanchez.
Esta especialista ha destacado que hay que dejar de ver el envejecimiento como un problema para tratarlo como un “cambio de paradigma”, teniendo cuidado de no crear un “conflicto intergeneracional” con los jóvenes que tienen dificultades para acceder al empleo.
García Sánchez se refirió a los desafíos que se plantean las instituciones comunitarias en torno al envejecimiento de la población. El principal se centra en aumentar los años de vida saludable en dos años más para 2020. Este objetivo general prevé tres acciones. “Mantener la vida activa y saludable a medida que se envejece, conservar a largo plazo el sistema social y sanitario tal y como lo concebimos ahora, y por último ser innovadores y competitivos, creando puestos de trabajo y riqueza en este sector”.
Modelo de bienestar nórdico
El director del Ministerio de Asuntos Sociales de Finlandia, Klaus Halla, ha destacado que el modelo de bienestar nórdico, en el que se inscribe su país, se basa en la universalidad, la garantía de una seguridad básica integral y la confluencia de muchos sectores. En el sistema de protección social colaboran el Gobierno central, los ayuntamientos y los empresarios, incluso las ONG. “Los trabajadores pagan también su contribución y está aumentado. Las personas dedican entre un 5% y un 6% del sueldo a las pensiones”, de modo que el sistema de pensiones “parcialmente financiado es bastante sostenible”.
Halla ha remarcado que la previsión con que se trabaja en su país en esta materia. “No se puede organizar un modelo de bienestar como el nórdico en pocos años, se necesitan décadas”, ha dicho.
Una nueva ley que debatirá próximamente el Parlamento prevé, entre otras medidas, dotar de más competencias a los ayuntamientos para “desarrollar los servicios que ya tienen y reforzarlos”.
Halla considera muy importante la cercanía de las instituciones que prestan los servicios y los usuarios. “La idea es que se escuche a las personas mayores antes de adoptar decisiones que les afectan”.
Los ponentes han considerado también imprescindible desarrollar el I+D en este campo para atender debidamente a las personas mayores en sus domicilios.