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La depresión en personas con Parkinson puede desembocar en adicciones conductuales

La ludopatía, la hipersexualidad o las compras compulsivas son algunas de las conocidas como 'impulse control disorders'

Redacción EM 02-10-2019

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Investigadores de Sant Pau publicaron recientemente en Annals of Neurology un estudio que demuestra que la presencia de depresión en los pacientes con Parkinson es un factor de riesgo en la aparición de adicciones comportamentales (conocidas habitualmente por su nombre en inglés: impulse control disorders) como son la ludopatía, la hipersexualidad o las compras compulsivas. Las consecuencias de estos trastornos pueden ser devastadoras, tanto para los pacientes, como para sus familias. Por este motivo, este grupo de expertos trabaja con el objetivo de identificar a los pacientes con riesgo de padecer adicciones conductuales, a fin de realizar un tratamiento personalizado que permita disminuir el riesgo.

Jaime Kulisevsky, jefe del grupo de enfermedad del Parkinson y Trastornos del movimiento de l’IIB Sant Pau y jefe de la Unidad de trastornos del movimiento del Servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau, y Juan Marín Lahoz, del mismo grupo de investigación y de la misma unidad, son los profesionales que lideran este proyecto.  

La depresión es un trastorno muy frecuente en la enfermedad de Parkinson, llegando a afectar hasta el 40% de los pacientes en algún momento; y con frecuencia aparece algunos años antes del diagnóstico de la enfermedad neurodegenerativa. En los últimos años algunos estudios demostraron como los síntomas de depresión eran más frecuentes en pacientes con adicciones conductuales que en aquellos que no las tenían. Sin embargo, se desconocía por completo si la depresión era consecuencia de sufrir las adicciones, o si podía ser un precursor de las mismas. “Lo que queríamos era confirmar que la depresión juega un papel en la aparición de adicciones conductuales en la enfermedad de Parkinson. Mostramos como la depresión antecede hasta en cinco años a la aparición de adicciones, y que el riesgo que supone no depende de otros factores como la edad o los principales genes asociados a la enfermedad de Parkinson” explica Kulisevsky.

Por su parte, Marín Lahoz afirma que “existían algunos marcadores de riesgo de adicciones conductuales, pero su aplicación requería técnicas complejas como el análisis de múltiples genes, por lo que hasta ahora no han supuesto ningún cambio en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo la presencia de depresión es un factor de riesgo muy fácilmente identificable en una visita convencional que permite personalizar el tratamiento para obtener la máxima calidad de vida de cada paciente”.

El proyecto se ha realizado en el marco del estudio Ppmi (Parkinson’s Progression Markers Initiative) promovido por la Fundación Michael J. Fox Foundation para el estudio del Parkinson. Este estudio realiza seguimiento de cerca de 1500 personas en todo el mundo para entender y curar la enfermedad de Parkinson. Con respecto a su financiación, esta investigación se ha podido llevar a cabo gracias a las ayudas de la Fundación La Marató de TV3, el Fondo de Investigación en Salud y el Ciber de enfermedades neurodegenerativas del Instituto de Salud Carlos III.



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