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OPINIÓN

Centros libres de sujeciones: el mérito de 'desatar' en residencias

Por Antonio Burgueño, director técnico del programa 'Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer'

08-07-2013

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Hoy en día, en España, desatar en residencias se ha convertido en un fenómeno generalizado y en un mérito que se reconoce, profesional y socialmente, pero ¿se comprende bien la conveniencia de desatar?, y ¿cuándo es un mérito especial? A quienes aún piensan que trabajar sin sujeciones es imposible, y que las que se vienen utilizando de siempre son necesarias e imprescindibles, habría que preguntarles ¿no se podría cuidar a las personas mayores si no existieran sistemas de sujeción?, ¿seríamos incapaces de proteger a una persona sin atarla?
Si es posible trabajar sin sujeciones, hacerlo es una obligación moral.
Todos los centros están trabajando en reducir su uso de sujeciones, el Programa Desatar da fe de ello. Se podría emitir un certificado para todos ahora mismo. De hecho en sus diez años de andadura, el programa ha sido testigo de un claro descenso de la prevalencia de uso de sujeciones en España, pudiéndose estimar por inferencia que se han eliminado más de 80.000 sujeciones, lo que demuestra que hay una preocupación general por el asunto.
Pero no es lo mismo reducir el uso de sujeciones, aún siendo una reducción significativa, que erradicar todas las sujeciones de un centro y mantenerse libre de éstas de forma indefinida. Este programa ha desarrollado un sistema de acreditación que pone el foco en el especial mérito de haber ido “a por todas”, pues es la actitud que induce a un incremento de la calidad asistencial global (algo que estamos comprobando con datos objetivos). Ya son 29 los centros libres de sujeciones en España, nueve de los cuales lo son desde hace más de un año, y 16 lo son desde hace más de seis meses.
Lograr un centro libre de sujeciones es una cuestión de convicción, estrategia y organización, con un inequívoco apoyo de los administradores. Pero el reto es también lograr erradicar el uso de sujeciones de la práctica asistencial con garantías obligadas. El programa monitoriza unos indicadores que miden la seguridad y se asegura de que los centros libres de sujeciones son seguros para los residentes, al menos tan seguros como los centros que siguen utilizando estas sujeciones.
Con la idea de que se ha de aceptar cierto grado de riesgo como parte esencial de un buen cuidado, se logra evitar el sobreproteccionismo de las personas mayores y sus consecuencias.
Cuatro años de trabajo analizando el patrón de uso de sujeciones en 800 centros permiten al Programa Desatar concluir que, la mayoría de las sujeciones se utilizan por cuestiones organizativas que pueden cambiarse o por condiciones del entorno que pueden mejorar. 
Las sujeciones nunca pueden cubrir una deficiencia, falta de capacidad profesional, o defectos organizativos o en el entorno.
Algunas organizaciones han visto “desatar” como una cuestión de valor, otras como algo que puede mejorar la imagen de la institución. El sistema de acreditación del programa pretende ser un estímulo para que los centros asuman el reto de erradicar las sujeciones que utilizan, pero sólo acredita a “centros libres de sujeciones”. Los centros que trabajan sin ninguna sujeción tienen un mérito especial, y además son más seguros. 
Se podría afirmar que se aplica una sujeción cuando no sabemos qué otra cosa hacer ante un problema o que no tenemos otro medio mejor para manejarlo. Los profesionales que reflexionan sobre ello pueden llegar a ver que usar una sujeción es un fracaso, y despliegan todos sus recursos, técnicos, de experiencia, y de creatividad para evitarla. Así, evitar una sujeción se convierte en uno de los más poderosos motores de mejora de la calidad asistencial. 
Hoy sabemos que mantener cierto grado de tolerancia al uso de sujeciones lleva a no lograr su erradicación aun siendo posible. Sólo los equipos que se empeñan en no utilizar ninguna sujeción son los que logran un cambio de mentalidad y actitud de todos, lo que mejora la seguridad y la organización. Mantener cierta tolerancia se traduce en justificar todos los días sujeciones, en explicar su necesidad a familiares y trabajadores, y en ver cómo se relaja el tono de vigilancia y acompañamiento. 
No es igual el valor de erradicar el uso de sujeciones, que el valor de reducir su uso.
La sensibilidad por el problema de las sujeciones es hoy día en España generalizado, y es obligado felicitar a los profesionales que trabajan en las residencias, y centros de día, la preocupación que tienen por el asunto. El Programa Desatar y Ceoma siempre estarán para a disposición para lo que necesiten. 


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