El foro de comunidades por el cambio demográfico, que integra a Asturias, Cantabria, Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja y Aragón, acordaron reclamar a la Unión Europea (UE) una estrategia comunitaria en este ámbito con la dotación financiera necesaria para llevarla a cabo. Representantes de las ocho autonomías presentes en este órgano, que nació hace tres años, se reunieron en Valladolid para consensuar el dictamen sobre la situación actual de la respuesta de la UE al reto demográfico, que llevarán al Comité de las Regiones para buscar la implicación europea en el reequilibrio poblacional.

La de febrero fue la cuarta reunión que celebra este foro, cuyo primer encuentro se organizó en Oviedo en 2013, y al que se han incorporado ahora las autonomías de La Rioja y Cantabria. Hasta el encuentro se acercaron el consejero de Presidencia y Participación Ciudadana,Guillermo Martínez; la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón; el consejero de Política Social de la Xunta de Galicia, José Manuel Rey Varela; la consejera de la Presidencia, Relaciones Institucionales y Acción Exterior del Gobierno de La Rioja, Begoña Martínez; el consejero de la Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén; el vicepresidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez; y la directora general de Acción Exterior de la Junta de Extremadura, Rosa Balas.

Al amparo de este pacto, se pretende impulsar un acuerdo social y político que permita ofrecer una respuesta global a este reto colectivo. Según se suscribe en el dictamen suscrito por el foro, "el cambio demográfico es uno de los principales retos que debe afrontar la Unión Europea. Entre los factores que integran dicho desafío se encuentran el envejecimiento de la población y la disminución de las tasas de fecundidad y natalidad. Ambos inciden en una reducción de los saldos vegetativos, lo que en algunas regiones y, en concreto, en el medio rural, da lugar a dificultades demográficas de especial intensidad, que se concretan en el despoblamiento y en la progresiva creación de vacíos demográficos, al resultar negativos dichos saldos y no ser compensados por los movimientos migratorios". Según el foro, "las tendencias demográficas actuales repercuten ya en cambios en las estructuras de población, con los consiguientes impactos de carácter económico, social, presupuestario y ecológico, tanto a escala nacional como regional y local". 

Las regiones europeas han reaccionado, explican desde el foro, ante este desafío de maneras diversas: "Promoviendo la actividad económica y el empleo para fijar población en las áreas rurales o zonas industriales castigadas por los procesos de reconversión. Con políticas de apoyo a las familias para favorecer que tengan el número de hijos e hijas que desean, acciones para facilitar la emancipación y la permanencia de la juventud y medidas dirigidas a una mejor integración de la población inmigrante, garantizando en todo caso la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Y también promoviendo adaptaciones de las fórmulas de provisión de los servicios públicos a las circunstancias de sus territorios".