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Una mirada al pasado para definir y diseñar el futuro

El movimiento asociativo coincide en que se avecinan nuevos tiempos y hay que adecuarse a ellos. Los presidentes de seis organizaciones repasan cómo ha evolucionado en movimiento en estos años y hacia dónde debe caminar

Cristina Villanueva 07-06-2021

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ASCUDEAN
Alberto Blanco presidente de Ascudean afirma que se ha notado un importante cambio en el perfil de las personas mayores. Cuando empezó Ascudean hace 20 años, pasar de los 65 ya era considerado tercera edad, hoy en día ese término está en desuso. Se vive más tiempo y con mejor calidad de vida, y el avance en temas sanitarios hace que muchas enfermedades que hace unos 15 años eran incapacitantes hoy pasan a ser una enfermedad crónica en tratamiento, pero que no incapacita para el desarrollo de las actividades de la vida diaria. “En Ascudean hemos tenido que ir adaptándonos en los cambios, dirigir los programas a personas cuidadoras más mayores porque sus familiares son también mucho más mayores y cambiar muchos temas de formación a familias; ahora tenemos cursos de cuidados paliativos, de asistencia sanitaria para mayores de 85 años, de movilizaciones para personas de edad muy avanzada, etcétera. También observamos que los cuidadores mayores tienen otro tipo de perfil en cuanto a la profesión que han desarrollado durante toda su vida”, señala.

De cara al futuro, Blanco opina que está claro que las asociaciones tienen que ir hacia donde la ciudadanía quiera que vayan: “Creemos que no tenemos que existir por el mero hecho de hacerlo, sino que nuestro trabajo es el resultado de una serie de familias preocupadas por la situación, y tendremos que darles soluciones a esas necesidades de las familias cuidadoras”. 
El presidente de Ascudean asegura que “actualmente, hay un incremento del voluntariado social, más pronunciado ahora en momentos de pandemia, pero para que ese movimiento esté organizado debe partir de una entidad que necesita recursos que provengan de las instituciones públicas. Las asociaciones basan su atención en la unión de un colectivo con las mismas necesidades, pero cada vez requiere más recursos y servicios que la administración no da o no puede darlo con la misma celeridad. Las personas necesitan atención inmediata y no esperar meses a tramitaciones, burocracia y a visitar instituciones de un lado a otro donde no les resuelven ningún problema. La situación crítica la tienen hoy y hay que ayudar a resolverla. Si queremos responder a las necesidades que los colectivos van demandando, vuelvo a reiterar, necesitamos apoyo de las instituciones para ser un complemento a su labor”.

CONJUPES
Vicente Sanz, presidente de Conjupes, también reconoce que la realidad del movimiento asociativo actual de las personas mayores es bien distinta a la de hace unos años. “Reclaman, y en cierta medida poseen, unas cuotas significativas de participación, que han venido incrementándose en los últimos años, siendo esta característica la que definirá la tendencia a futuro”, asegura. “Otra particularidad –continúa– que identifica al movimiento asociativo presente y su participación es el cambio que se está produciendo en la demanda de actividades, más orientadas hacia actividades sociales, formativas, culturales y de participación en la sociedad. Parece que las políticas de envejecimiento activo tienen su reflejo en esta demanda, que ha dado paso a una nueva propuesta de actividades y, con ello, a un modelo de asociacionismo, mucho más dinámico y activo, en el que la mujer adquiere un papel más influyente. También surgen con importante fuerza las labores de voluntariado. Las nuevas tecnologías  obligaron  a una rápida formación  y adaptación en el colectivo para acceder a las gestiones administrativas de toda índole. Actualmente más del 70 por ciento de las personas mayores utiliza internet para sus relaciones con la administración, compras, etcétera”.

Respecto a los planes futuros, Vicente Sanz afirma que para Conjupes es muy importante ampliar la base social desde el punto de vista interno y externo, con participación y convergencia con otras organizaciones que  les ayude a tener más peso en la sociedad y estar presentes en todos los mecanismos de decisión de carácter público. Su objetivo es ser un referente para la toma de decisiones de las cuestiones que más les afectan.
En este sentido, siguen teniendo muy presentes sus reivindicaciones por unas pensiones dignas, servicios sanitarios que integren la especificidad de los mayores creando o impulsando los servicios de geriatría, viviendas adecuadas, políticas sociales que favorezcan un envejecimiento activo y saludable, y aquellas que protejan la soledad no deseada y el maltrato, entre otras cuestiones.

GRUPO DE MAYORES DE TELEFÓNICA
“Creo que los mayores estamos tomando conciencia de que sólo desde una actitud activa, positiva y constructiva, podremos encontrar el sitio que nos corresponde dentro de la sociedad y evitar que se nos discrimine por razón de la edad o se nos considere como una carga o una clase pasiva”, resalta Santiago González, presidente del Grupo de Mayores de Telefónica, respecto al cambio más significativo que ha vivido el asociacionismo en estos últimos años.
También señala que, en el caso de la asociación que preside, se han ido nutriendo de personas más jóvenes que salían de la Empresa y eso, junto a la formación en nuevas tecnologías, ha propiciado una adaptación del Grupo de Mayores de Telefónica a las nuevas generaciones de senior y a sus intereses, aunque también reconoce que aún les queda recorrido.

De cara al futuro, su propósito es mantener tres grandes líneas de actuación. “La principal es el voluntariado y la acción social con las personas en soledad y que más lo necesitan. Colaboramos con el Programa Voluntarios de Telefónica y con otras organizaciones sociales en numerosos ámbitos. También seguimos impulsando acciones formativas, socioculturales, conferencias, senderismo, viajes, etcétera, que se orientan al mantenimiento de una vida activa y saludable. Y como creemos que tenemos energía y preparación suficiente, hemos diseñado un marco de relaciones con el resto de la sociedad para la defensa de los intereses de los mayores. Estamos en el Consejo Estatal de Personas Mayores, en la Confederación de Mayores Ceoma, en Ciudades Amigables y mantenemos numerosas relaciones con otras ONG y con la Administración pública en diversos estamentos”, apunta González.

FOAM
El movimiento asociativo de personas mayores ha evolucionado al mismo tiempo que el de otros colectivos, explica Martín Durán, presidente de la Federación de Organizaciones Andaluces de Mayores (FOAM). “No estamos viviendo nuestros mejores momentos, hace unos años tuvimos mucho auge, pero ya no hay el mismo entusiasmo, ni la misma dedicación que hace dos décadas. Nosotros lo notamos mucho en el tema de voluntariado, hace diez años nos sobraban voluntarios en todas las provincias y ahora empezamos a notar la escasez en determinadas zonas. Y la participación igual, se ha reducido bastante, eso sin contar el tiempo y la pandemia, que ahí se redujo totalmente tanto la participación como las actividades. En consecuencia, en el año y medio este que hemos tenido de pandemia se han cerrado asociaciones, ha habido un parón total de toda la actividad y esto va a costar trabajo recuperarlo. Entre otras cosas porque, a pesar de la vacunación, la gente tiene miedo, lo que va afectar en la recuperación de la vida normal”, afirma Durán.

Respecto al futuro, desde FOAM recuerdan que el movimiento asociativo es solidario y que, de forma altruista, se dedica a mejorar la calidad de vida de los demás.  “Eso reconforta y mejora el bienestar de las personas que lo hacen. La participación social influye positivamente en la salud, mejora el humor, el ánimo, sobre todo después de la jubilación, es como una segunda juventud, es volver a ser partícipe de cosas y sentirse activo e importante. A mi me devolvió las ganas de tirar hacia delante y luchar por algo. Ser miembro de una asociación es importante porque es fundamental para el bienestar de las personas, te sientes bien cuando haces algo positivo por los demás, cuando le dedicas parte de tu tiempo a otras personas”, explica Durán.
Para FOAM, las principales preocupaciones actuales y futuras son realizar una buena gestión de las cinco residencias que tienen actualmente; continuar con la labor de la fundación Fundema, que se ocupa de tutelar a personas mayores andaluzas que ha sido declaradas incapaces por la fiscalía; mantener e incrementar el cuerpo de voluntariado, que actualmente es muy importante porque lo desarrollan personas mayores; colaborar en una mejora de  las pensiones y de la Ley de Dependencia; y, por supuesto, resolver el tema del coronavirus en las residencias. “Es un problema que nos ha preocupado mucho los últimos meses y hemos intentado aportar nuestro grano de arena para que las cosas fueran saliendo mejor y algunas cosas hemos conseguido”, señala Durán.

FEDERACIÓN DE PENSIONISTAS Y JUBILADOS DE CC OO
A juicio de Julián Gutiérrez, secretario general de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CC OO, el proceso de envejecimiento de la población europea ha ido cobrando una creciente relevancia, dado que asegurar su calidad de vida y recursos se ha convertido es uno de los grandes desafíos para el estado del bienestar. “En la década de 1980, se abre una nueva etapa demográfica, cuando la reducción de la fecundidad, la dilación en la edad de tener hijos y el progresivo descenso de la mortalidad se combinaban para ir perfilando cambios importantes en las pirámides poblacionales. España actualmente tiene una de las esperanzas de vida más elevadas en el mundo. En este contexto, la calidad de vida en el envejecimiento es un reto protagonista para las políticas públicas”, afirma Gutiérrez.
“Nuestro colectivo no lo tuvimos nada fácil, nos encontramos con una dictadura, luchamos por traer la democracia, por conseguir derechos sociales y ahora, ya jubilados, nos seguimos organizando para luchar por nosotros y también por nuestros hijos y nietos. No podemos olvidar al hablar de movilizaciones de la desigualdad laboral a lo largo de la vida que se plasma claramente en la brecha existente en las pensiones. Tanto el tipo de pensión como sus cuantías colocan a las mujeres mayores en una posición visiblemente peor que la de los hombres mayores. Antes de la crisis, ya se podía observar que las condiciones laborales que generarán derecho a las futuras pensiones siguen manteniendo la desigualdad. Las políticas para abordar las consecuencias que la crisis económica y de cuidados tienen y tendrán en las condiciones de trabajo, renta y vida de las mujeres han de jugar un papel protagonista para evitar que la brecha existente se afiance, crezca y se perpetúe a lo largo de su vida”, asegura el secretario general. 

De cara al futuro, Gutiérrez asegura que el movimiento asociativo no puede dirigirse más que en una dirección, “defender los derechos de las personas mayores, que es un colectivo que tiene muchas necesidades y cuando ves que se habla del envejecimiento activo, de la España vaciada, etcétera. Nos damos cuenta de que se necesita mucha movilización de nuestro colectivo, si no se quedará todo en muy buenas palabras, pero realmente importante quedará olvidado”. Por otro lado, “en nuestra hoja de ruta –apunta– no pueden faltar las nuevas tecnologías de la información y las redes sociales, que permiten a las organizaciones dotarnos de nuevos métodos de comunicación y formas de relacionarse entre las y los afiliados, y la organización”.

UNIÓN DE JUBILADOS Y PENSIONISTAS DE UGT
A juicio de Anatolio Díez, secretario general de la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT, el colectivo de personas mayores siempre ha sido reivindicativo: “Somos un movimiento muy atomizado, con sensibilidades muy plurales, pero también podemos decir  que por fin estamos empezando a organizarnos, quizás nos empezamos a dar cuenta del valor que tienen los más de nueve millones de votos de nuestro colectivo de mayores y debemos aprender a saber utilizar esta fuerza electoral como un arma reivindicativa, debemos ganarnos definitivamente el respeto de todo el arco parlamentario y decir ‘no’ definitivamente a la utilización  de populista y electoralista. También nos estamos adecuando a los nuevos tiempos y debemos participar de la transformación digital, pero para ello tenemos que acabar con la brecha digital que nos impiden el acceso a la misma. Esto lo podremos hacer a través de la formación necesaria para acceder  a la vanguardia tecnológica y consiguiendo capacidad económica. Con un colectivo empobrecido como el nuestro la brecha será cada día más profunda”.

Mirando hacia el futuro, Díez reconoce que la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de valorar el protagonismo de la gestión pública, de los servicios y prestaciones. 
“Hoy nuestro reto es fortalecer primero y profundizar después en la defensa de nuestro Estado de Bienestar, para ello es necesario caminar hacia la concreción de un pacto conformado por todos los actores: sociales, políticos y sindicales. Este pacto debe plantear un cambio obligado,  programar definitivamente una nueva fiscalidad progresiva, equitativa, solidaria, es decir que sea capaz de redistribuir la riqueza que nuestro país genera, obligando también a cambiar el modelo productivo y, que este cambio garantice un empleo con mayor calidad, estabilidad y valor añadido del que nacerán unas pensiones dignas del futuro inmediato.Un pacto que debe permitirnos salir mejor de la crisis y que nadie se quede atrás, pero de verdad, no sólo como un buen eslogan de marketing político”, asegura. 



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