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LUCÍA VELASCO / DIRECTORA DEL OBSERVATORIO NACIONAL DE TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD DIGITAL (ONTSI)

'Hay situaciones muy frustrantes cuando se digitaliza la atención a la ciudadanía sin poner a la persona en el centro'

Lucía Velasco llegó hace seis meses al Ontsi y su principal objetivo es convertir a este organismo en referencia a nivel estatal en el análisis de la sociedad digital

Cristina Villanueva 22-12-2021

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PREGUNTA.- Hace unos meses que dirige el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad Digital. ¿Cuál es la finalidad de este organismo?

RESPUESTA.- El nuevo propósito del Observatorio, que depende de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, es entender mejor el impacto que tiene la tecnología en la sociedad. 
Llevamos unos meses en pleno proceso de transformación: venimos de ser un emisor de informes sobre la sociedad de la información que surge hace 20 años y buscamos convertirnos en el laboratorio de ideas del humanismo tecnológico que necesitamos en el siglo XXI. Tenemos como bases fundamentales la obsesión por conseguir datos e indicadores que se acerquen lo más posible a la realidad del momento y compartir nuestros hallazgos con la sociedad de forma accesible para todos los públicos. Es clave la toma de decisiones basadas en datos y para ello necesitamos mejores datos y un mejor acceso a los mismos. Por último, realizamos el seguimiento de la Agenda del Gobierno: España Digital 2025 y por primera vez en la historia, rendimos cuentas de su cumplimiento en tiempo real. 

P.- ¿Y los principales objetivos y retos que se ha marcado al frente de este organismo? 

R.- Mi principal objetivo es que España cuente con un organismo público de referencia en el análisis de la sociedad digital, en el fomento del humanismo tecnológico y en políticas públicas digitales basadas en datos. En estos momentos, nos encontramos inmersas en ese proceso de transformación, aportando nuevos enfoques y perfiles para que nuestro trabajo responda a los principales retos tecnológicos y a las preocupaciones de la sociedad. En este nuevo tiempo es también fundamental construir una estructura paritaria y diversa, para que sea un espacio igualitario por dentro y hacia afuera, recogiendo la perspectiva de la mitad de la población en todos nuestros análisis. 

P.- Las nuevas tecnologías abren un mundo de posibilidades para la cohesión social y la inclusión de los colectivos más desfavorecidos, pero ¿se está atendiendo correctamente a estos grupos sociales? 

R.- Ese es uno de los puntos en los que el Gobierno está trabajando. Es necesario en primer lugar hacer un buen diagnóstico de las brechas que se abren al incorporar masivamente la tecnología en nuestro día a día. Solo entendiendo el punto de partida seremos capaces de diseñar intervenciones eficaces para garantizar que el conjunto de la ciudadanía, sin excepciones, se beneficie de las posibilidades que ofrece el entorno digital. Ya se están poniendo marcha en serie de iniciativas contempladas en la Agenda España Digital 2025 y que buscan eliminar las brechas más evidentes que se han ido detectando: el programa Educa en Digital, que ha repartido más de 500.000 dispositivos con conexión a internet entre alumnado vulnerable; los bonos de conectividad digital (ayudas directas a 125.000 beneficiarios en situación de vulnerabilidad para contratar una conexión de banda ancha o mejorar la que ya tienen); o los planes de capacitación digital para la ciudadanía que ponen énfasis en colectivos en riesgo de exclusión digital y en mujeres. 

P.- Respecto a la brecha digital, uno de los grupos que más lo sufren son las personas mayores. ¿Qué iniciativas hay que poner en marcha para salvar esa barrera e incluir al colectivo mayor en el uso de las nuevas tecnologías?

R.- Lo más llamativo de este colectivo es que no hay prácticamente datos después de los 74 años en muchos países. Teniendo en cuenta que la esperanza de vida en España está cerca de los 85 años, creo que las estadísticas deben hacer un esfuerzo por incluir a este segmento de la población que supone más del 10% de la misma. Solo de esta forma detectaremos sus necesidades y dificultades reales. 
Analizando los datos con los que contamos, vemos que existe una doble brecha digital: la relacionada con la conectividad y la falta de dispositivos electrónicos, y la relacionada con las capacidades. Así, existe una diferencia de más de 25 puntos porcentuales en el acceso semanal a internet entre la media nacional y el grupo de edad comprendido entre los 65-74 años. Además, esta franja de edad realiza menos compras online: solo un 62,5% reconoce hacer compras online cuando la media nacional se sitúa casi en el 80%, y más de un 45% no cuenta con competencias digitales básicas. 
Para hacer frente a esta situación, es necesario poner en marcha iniciativas que actúen sobre ambas vertientes. En relación con lo primero, la agenda digital ya prevé medidas para extender la cobertura de banda ancha al 100% del territorio en 2025, eliminando la brecha territorial sin embargo, tenemos que asegurarnos que las personas de estas edades tienen posibilidad de pagar internet y cuentan con los dispositivos necesarios para hacer uso de la red. En cuanto a la formación, el Plan Nacional de Competencias Digitales incluye medidas para garantizar la inclusión digital de toda la población. Al mismo tiempo existen programas específicos como Experiencia senior del INCIBE, dedicado a la concienciación en ciberseguridad de usuarios de más de 60 años. 

P.- Las zonas rurales también sufren el problema de la desconexión digital, ¿cómo se podría salvar esta barrera y ofrecer facilidades para que las personas que deciden fijar su residencia en un pueblo pequeño puedan estar conectadas?  

R.- Actualmente, el porcentaje de cobertura de banda ancha en zonas rurales en España es del 63%. La agenda digital del Gobierno y, más en concreto, el Plan para la Conectividad tiene como objetivo contribuir a la cohesión territorial, avanzar y acelerar la universalización del acceso a la banda ancha ultrarrápida en todo el territorio para llegar al 100% en 2025, y el impulso del despliegue del 5G en la España rural. Para conseguir sus objetivos, además de una fuerte inversión en infraestructura, el plan incluye otras medidas, ya que además de conectividad es necesario disponer de equipamiento y de competencias para poder usar la tecnología. Entre otras, se han previsto medidas como los ya mencionados bonos de conectividad digital. 
Estas medidas, deben acompañarse de iniciativas de capacitación o talleres que garanticen que la población rural cuente con las habilidades necesarias para utilizar los medios a su disposición. 
Hace unos días leía una iniciativa innovadora de un ingeniero de telecomunicaciones que ha llevado internet de alta velocidad a pueblos de la España interior. Y lo ha hecho aprovechando la infraestructura eléctrica de la zona. No debemos tener miedo a innovar en este terreno y a premiar a todos los que se atrevan. 

P.- El envejecimiento poblacional es un logro social, pero también plantea muchas necesidades. ¿Se está utilizando correctamente la tecnología para ofrecer cuidados a las personas mayores y dependientes?

R.- Las nuevas tecnologías presentan una gran oportunidad para conseguir que nuestras personas mayores participen activamente en la sociedad y estén atendidas y cuidadas como se merecen. Les debemos todo lo que tenemos y no podemos dejarlas de lado cuando comienzan a ser más vulnerables o dependientes. La tecnología puede ayudar a evitar la soledad en la que muchos vive o su progresivo aislamiento, entre muchas otras cosas. Es muy esperanzador ver cómo muchas personas mayores han aprendido a usar smartphones para hacer videollamadas durante la pandemia, y como la telemedicina se ha va extendiendo para seguir atendiéndoles.  
Sin embargo, no debemos conformarnos. Hay situaciones verdaderamente frustrantes cuando se digitaliza la atención a la ciudadanía sin poner a la persona en el centro. ¿Quién no se ha visto gritándole a una máquina y pidiendo que le atienda una persona? En el caso de las personas mayores les puede llevar a estar en peligro o no perder prestaciones por nos saber desenvolverse en espacios deshumanizados. Debe ser obligatorio que siempre haya opción de que te atienda una persona frente a los sistemas robotizados. 
Los servicios públicos se han adaptado para seguir funcionando en una situación de crisis en todo el territorio, pero es necesario aprovechar mejor la oportunidad que presentan algunas tecnologías en el ámbito de la prevención y de la atención temprana. Ya existen tecnologías que permiten mejorar el bienestar y la salud física y mental de las personas mayores (a través de dispositivos de teleasistencia, domótica para el hogar o residencias, sistemas para dar soporte a terapias de estimulación o neurorehabilitación…), y deben ser accesibles para todos, sin importar tu nivel adquisitivo

P.- En el ámbito sanitario y social, las nuevas tecnologías también ofrecen muchas opciones para atender a las personas mayores y garantizarles una mejor calidad de vida. ¿Cuál es el futuro de la tecnología en estos dos ámbitos? 

R.- El uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o el análisis masivo de datos han demostrado ser de gran utilidad en este ámbito, y más en este último año en el que se ha acelerado su adopción. Gracias a su aplicación, estamos avanzando en la predicción de enfermedades y se está apostando por implantar la telemedicina, lo que nos permite atender más y mejor a quien lo necesite. 
El desafío en este campo está en incorporar la ética desde el diseño y en que sean centrados en la persona, entendiéndose como medidas complementarias pero no sustitutivas del trato humano. 

P.- En cuanto a la inteligencia artificial, ¿cree que se está prestando demasiada atención a la robótica y la IA como algo casi futurista y nos estamos olvidando de la alfabetización digital tan necesaria hoy en día para no quedarnos atrás? 

R.- España tiene una Agenda Digital en la que apuesta por desarrollar tanto la tecnología como las competencias digitales, porque en ningún caso son excluyentes y han de hacerse de forma simultánea. 
La inteligencia artificial no es algo futurista, está aquí y debe ser usada de tal forma que nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida. Con la cantidad de datos de los que disponemos, la IA es imprescindible para facilitar y mejorar decisiones diagnósticas o terapéuticas en el campo de la medicina, por ejemplo. La inteligencia artificial ética es una palanca en la que debemos apoyarnos para construir un sistema mejor. 

P.- ¿Cómo cree que será en un futuro no muy lejano, en dos o tres décadas, la relación de las personas mayores con las nuevas tecnologías? ¿Se producirá una inmersión de este colectivo en el mundo digital?
 
R.- No sabemos cómo será el mundo dentro de 30 años. Las personas mayores de 2050 son jóvenes ahora, y hoy día Internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías forman parte de su vida cotidiana. Pero la tecnología avanza rápido, y la mayor parte de lo que usamos y conocemos hoy quedará obsoleto en cuestión de una década… Si apostamos por el desarrollo tecnológico ético, humanista y centrado en las personas, así como políticas públicas que corrijan las brechas que van apareciendo es muy probable que nuestro futuro sea más inclusivo y más justo. 



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