'Estamos condenados a un declive que será más acusado en unas zonas que en otras'
Para este experto en economía, el principal problema del cambio demográfico es que el aumento de la esperanza de vida está provocando la inversión de la pirámide, con lo se tiende a que sea mayor el número de ciudadanos jubilados que de trabajadores en activo. Por lo que señala que, aunque es un tema muy sensible, habrá que acometer inevitablemente una reforma de las jubilaciones
Pregunta.- La esperanza de vida en el año 1900 estaba en 34 años y en la actualidad supera los 80. ¿Qué supone este despunte tan grande tanto a nivel social como económico?
Respuesta.- El progreso económico tiene que tener como objetivo procurar unas mejores condiciones de vida a los ciudadanos, y esa mejora implica un aumento de la esperanza de vida y esto es muy positivo.
El problema, desde el punto de vista económico, es que en España tenemos un sistema de pensiones de ‘reparto’, es decir, las generaciones que trabajan financian las pensiones de los que se van jubilando. Este sistema funciona cuando el volumen de personas que trabajan es superior al de personas jubiladas. El problema es que el aumento de la esperanza de vida, está provocando la inversión de la pirámide, con lo se tiende a que sea mayor el número de ciudadanos jubilados que de trabajadores en activo, lo que generará en unos años el colapso del actual sistema de pensiones. Y aunque es un tema muy sensible, habrá que acometer inevitablemente una reforma de las jubilaciones, quizás con un retraso efectivo de la edad de jubilación y también aumentando las cotizaciones.
P.- ¿Se han cumplido las previsiones demográficas que se hacían a finales del siglo XX respecto a la actualidad?
R.- Hay una serie de indicadores que se han cumplido. Es evidente que a principios del siglo XXI ha habido un aumento de la esperanza de vida, y también se ha cumplido la previsión que había sobre las migraciones del campo a las ciudades.
Sin embargo, el tema de la inmigración no se cumplió exactamente porque es algo más complejo, ya que depende la situación económica. Los inmigrantes vienen si se crea empleo.
En la primera fase del siglo XXI, hasta el año 2008, la llegada de inmigrantes fue muy importante porque había trabajo para ellos en nuestro país, pero a raíz de la crisis de ese año, el flujo se frenó. Hace unos años volvió a repuntar, pero otra vez se está estancando.
Esto quiere decir que las proyecciones que se hacen para el futuro pueden desviarse un poco en cuestiones vinculadas a la inmigración, pero lo que no cambia son los parámetros de natalidad de nuestro país, que es de los más bajos del mundo, ni la esperanza de vida. Por lo tanto, estamos condenados a un declive demográfico, que será más acusado en unas zonas que en otras, como Asturias o Castilla y León, en donde éste es el mayor problema que tienen.
P.- ¿Y cómo se puede revertir esa tendencia?
R.- La población tiene dos maneras de crecer, o de forma vegetativa, que haya más nacimientos que muertes, o por un salto migratorio positivo, que vengan personas del exterior. Actualmente, hay más fallecimientos que muertes, por lo tanto sólo en un contexto de capacidad de atracción de población del exterior, esto se podría compensar. Por lo tanto, el futuro es que cada vez habrá más grado de envejecimiento de la población y para que esto no sea un problema, debemos tener capacidad de generación de empleo y así atraer personas de otros países y a sus descendientes.
Por otro lado, las zonas rurales tienen que poder acceder a los mismos servicios que las ciudades, para que la gente se vaya a esas zonas a vivir y por supuesto es necesario favorecer las condiciones para que se desarrolle el teletrabajo, que se ha manifestado como una opción más que recomendable, pero necesita una serie de condiciones tecnológicas que de momento no se dan por igual en todos los lugares.
La cuestión clave, yo creo, es que la pérdida de población es algo que se ve ajeno a la actividad política, porque no se dan cuenta de que tiene un vínculo económico y laboral. Y las políticas que se hacen hoy en día son cortoplacistas.
P.- En España la población está distribuida de forma descompensada, hay zonas muy pobladas y otras casi vacías ¿Qué significa esto?
R.- Cuando el núcleo rural está casi despoblado, el problema es que a las administraciones públicas les resulta inviable proporcionarle los servicios básicos, como sanidad y educación. Cada vez hay más recortes, se cierran centros de salud, colegios, institutos, etcétera. Y si añadimos que en esas zonas es prácticamente imposible generar empleo, estamos condenando a un territorio a una muerte de aquí a un par de décadas, porque apenas habrá nadie viviendo allí.
Por lo tanto, todo apunta a que la desigual distribución de la población esta evidenciando diferentes problemas, que precisan diferentes formas de abordarlos por parte de las Administraciones públicas.