En Galicia residen alrededor de 243.800 personas mayores de 75 años, quienes sólo pueden ser atendidos a nivel geriátrico -la especialidad en la que un único médico controla toda la medicación y tratamiento- por quince geriatras distribuidos en las dos únicas unidades públicas que existen en Galicia de dicha especialidad: el Complexo Hospitalario de Vigo (Chuvi) y en el de Lugo. Aunque en A Coruña y Ourense no disponen de este tipo de unidades, sí cuentan con geriatras, pero no llegan a la media docena, muy lejos del mínimo ideal de una unidad por cada hospital público y al menos cuatro o cinco geriatras en cada una de ellas, lo que eleva la cifra a unos 50 profesionales, sólo en lo que respecta a centros hospitalarios públicos.
Así lo ha puesto de relieve el presidente de la Sociedad Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX), Andrés Vázquez en la primera jornada del 23 Congreso de la entidad que se en Santiago de Compostela. “Esto confirma el informe de la Sociedad Española de Geriatría  y Gerontología que dice que en nuestro país hacen falta cerca de 1.000 geriatras más de los actuales” una necesidad que ayudaría a “racionalizar gasto farmaceútico, sanitario y social” pues la geriatría y la gerontología mejoran la calidad de vida, la supervivencia, la capacidad física y mental, el uso de fármacos y evitan por otra parte la hospitalización e institucionalización del anciano.
El crecimiento demográfico, la mayor expectativa de vida (en Galicia es de 83 años, tres por encima de la media nacional) y el envejecimiento no atendido “generan dos importantes demandas” explica Vázquez: “una nueva atención social y sanitaria especializada y específica” para atender a las personas mayores y en consecuencia, formación “también especializada y específica” para los trabajadores que los cuidan.
Además, el presidente de la SGXX destaca la investigación “como herramienta trascendental en el avance de la geriatría y la gerontología” un sector en el que, asegura, “Galicia es pionera y puntera” tal y como constata el medio centenar de proyectos de investigación remitidos al Congreso, para su exposición y debate, por parte de sus socios. Lo que demuestra a su vez, añade, “el gran nicho de trabajo y oportunidad laboral que representan ambas especialidades” mucho más significativo en época de crisis “en la que existen multitud de jóvenes que desean formarse en este ámbito, sin duda de gran futuro y posibilidades”. Consciente de ello, la SGXX “trabaja codo con codo con las Universidades gallegas, la Administración y todas las entidades posibles que atiendan este fenómeno” para, en definitiva, “concienciar a la sociedad en su conjunto de la necesaria especialidad y especificidad para atender como corresponde a las personas mayores” concluye.

Necesidades geriátricas en Galicia
A tenor de los datos de la Sociedad Española de Médicos de Geriatría de 2004 y de la SEGG de 2009, el geriatra y adjunto del servicio de Geriatría del Chuvi, Arturo Vilches Moraga opina que “la necesidad de especialistas geriatras en Galicia y el resto de España es apabullante” pues como matiza “debería existir una proporción de al menos 1´5 por cada 1.000 pacientes de las unidades de ‘agudos’ mayores de 75 años y cuando menos 4 por cada 1.000 usuarios de las de recuperación funcional” cuando, por ejemplo, añade, “entre el Meixoeiro y el Xeral de Vigo, con tan sólo cinco geriatras, se atiende a 430.000 personas” de las cuales 80.000 son mayores de 65 años y 34.000 superan los 75 años. Sin embargo, en la actualidad, tan solo un 10% de los hospitales españoles presenta en su cartera de servicios una unidad geriátrica de agudos, por lo que existe, asegura este especialista “una precariedad disparatada de dichas camas tanto a nivel supranacional, peninsular y gallego, con números muy por debajo de las 1,5 a 4 camas por 1.000 personas mayores de 75 años recomendadas por la SEGG y la Semeg”. En ese sentido aclara, el 12% de las personas entre 64 y 74 años requiere algún tipo de hospitalización a lo largo del año, proporción que aumenta al 16% a partir de los 75 años cuyo 30% y hasta un 50% de los mayores de 85 años presentarán deterioro funcional -que debe ser tratado en las unidades de recuperación funcional- en el momento del alta. Según concluye Vilches “la disminución de la plasticidad y reserva funcional, la mayor gravedad de las enfermedades agudas y la inadecuación de cuidados  son condicionantes directos de la elevada morbimortalidad hospitalaria en la población de edad avanzada, en un contexto de envejecimiento de la población y envejecimiento del envejecimiento”. Así destaca la eficacia de las Unidades Geriátricas de Agudos (UGAS) que “tienen un nivel de recomendación A, dado que, a través de la valoración geriátrica integral, el trabajo multidisciplinar y cuidados continuados centrados en el paciente y sus cuidadores,  han demostrado reducir, en comparación a otras especialidades médico-quirúrgicas,  la aparición de discapacidad e institucionalización sin incidir en un aumento de la mortalidad ni de los costes”.

El Congreso del acercamiento a los mayores
El 23 Congreso comenzó con una jornada de puertas abiertas para las personas mayores “las verdaderas protagonistas del encuentro y nuestra razón de ser” según Vázquez que presentó este foro como el congreso “del acercamiento y el contacto con las personas mayores con quienes aprendemos y adquirimos todo lo que somos, pues esta es nuestra obligación y voluntad”. También destacó la importancia de este foro como parte “significativa de la colaboración con diversas entidades que como la nuestra procuran una mejor calidad de vida para los mayores”. Así mencionó la etapa de dos años con Caixagalicia en la que ambas entidades han podido interactuar con más de 30.000 personas mayores en varios obradoiros, con lo cual “acaba un ciclo” afirma Vázquez, pero “se abre otro muy importante con la nueva entidad Novacaixagalicia” según confirmó el director de Programas de Mayores de dicha entidad, Juan José Castro, presente en este acto.
La directora del Centro de Mayores NCG de Ferrol, Concepción Martínez Lamigueiro impartió la charla ‘Oportunidades de Edad para las Mujeres’ en la que destacó el “reto y la oportunidad” con que debe ser afrontada la etapa de las personas mayores, en especial a las mujeres, relegadas tradicionalmente a un papel mucho más activo y comprometido con su entorno familiar. Por eso y dado que 2011 es el Año Internacional de la mujer mayor de 60 años, Martínez reivindicó el derecho del colectivo femenino de más edad a “reivindicar su papel en la vida, disfrutar de ella y aprovechar no sólo el ámbito privado, sino también el colectivo, más mermado en la actualidad”. De hecho puso como ejemplo las actividades que se realizan en el centro que dirige, en los que han podido interactuar con más de 600 usuarios, para “disfrutar de la vida en la vejez” basándose en los tres pilares básicos que gerontólogos y psicólogos determinan como básicos para ello y para la prevención, en especial de las demencias o el mal envejecimiento: el ejercicio físico, la alimentación y vivir la vida en privado y en colectivo.
La usuaria Marta González, maestra jubilada, narró su experiencia vital a partir de los 60 años, sobre todo tras la pérdida de gran parte de la visión que “me quitó muchas cosas, pero me abrió un nuevo mundo de oportunidades, de sensaciones, de mayor espiritualidad” en el que, concluyó, “no queda más remedio que mentalizarse y seguir adelante”.
Ana Seijo Cuba, psicóloga y musicoterapeuta, impartió un taller para personas mayores abierto al público denominado ‘Activamente’ en el que intentó que los participantes “exploren e investiguen en sus recuerdos, en su interior y compartan sus experiencias vitales para trabajar la memoria de forma lúdica, efectiva y positiva” mediante una actividad colectiva cuya intención es “mantenernos activos mentalmente desde el cuerpo”.