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Juan Carlos Durán / Director general de Mayores y Pensiones no Contributivas de la Junta de Andalucía

'Hemos impulsado el primer plan de humanización frente a la Covid-19 en las residencias'

M.S. / EM 09-10-2020

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Pregunta.- Acaba de asumir, en un momento delicado debido a la irrupción de la Covid-19, la Dirección General de Mayores de la Junta de Andalucía. ¿Cómo ha sido su aterrizaje en este organismo y qué balance realiza de estos meses de gestión?  
Respuesta.- Mi llegada a la Dirección General de Mayores a primeros de mayo fue en un momento delicado. En pleno confinamiento, con todos los centros de mayores cerrados, al igual que la consejería, donde salvo los altos cargos, mi equipo estaba teletrabajando y los conocí por videoconferencia. 
He vivido toda la dificultad de la desescalada, con la vuelta a la nueva normalidad, y con la apertura en residencias de visitas y salidas, así como la apertura de centros de día y centros de participación activa y también muy pendiente de los rebrotes que se han producido este verano. Pero cuento con un gran equipo, tanto en la Dirección General como en la consejería, que estamos trabajando de forma incansable por la protección de nuestros mayores, que son las personas más vulnerables en esta pandemia.

P.- ¿Cuáles son, actualmente, las líneas de trabajo de esta Dirección General?
R.- Las principales líneas de trabajo de la Dirección General de Personas Mayores y Pensiones no Contributivas son actualmente, además del control de la pandemia en los centros de mayores, la aprobación del I Plan Estratégico Integral de Personas Mayores, que acabamos de presentar y que se aprueba después de 20 años de que lo mandatara la Ley de Atención y Protección de las Personas Mayores de 1999. Nadie se había interesado por él hasta que llegó este Gobierno. El plan ordena el conjunto de las políticas públicas destinadas a promover el bienestar de los y las mayores desde una perspectiva integral, preventiva y sostenible en el ámbito sanitario, de servicios sociales, cultural, deportivo, de ocio, urbanístico y asociativo. Ha sido un trabajo liderado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, que inició el anterior director general y hemos culminado incluyendo la perspectiva que nos ha dado atravesar esta pandemia. Todo esto nos guiará en el resto de retos que tenemos pendientes: trabajar por un nuevo modelo de atención residencial, con nuevas normativas en cuanto a autorizaciones de funcionamiento, y acreditaciones, potenciar y mejorar los Centros de Participación Activa, y la mejora en la agilización de las resoluciones de expedientes de tramitación de pensiones no contributivas. 

P.- El sector de la atención a los mayores vive una situación delicada debido al impacto que el coronavirus ha tenido sobre las personas de más edad. ¿Qué valoración hace de la situación que han atravesado las residencias durante la pandemia y el trato que han recibido al poner en entredicho su propia gestión?
R.- Creo que en las residencias de mayores se ha trabajado y se está trabajando muchísimo. Los profesionales del sector se están desviviendo durante la pandemia, desde los equipos directivos, a todos los profesionales tanto de atención directa como indirecta. En residencias es fundamental el trabajo en equipo. Los cuidados que han necesitado los mayores se han visto aumentados, y el confinamiento les ha afectado en todas las esferas: física, mental, y emocional. El hecho del estar apartados de su familia ha convertido a todo el equipo en sus referentes y sus apoyos. Y digo todo el equipo, porque sé que desde el personal médico, de enfermería, auxiliares, o limpiadoras, todos han sido sus confidentes en los que se han desahogado durante este tiempo. 
La imagen que los medios de comunicación han transmitido durante la pandemia ha perjudicado a las residencias. Era noticia el número creciente de casos y de fallecimientos. Y mientras en los balcones se aplaudía a los sanitarios por sus esfuerzos, se tenía una mala opinión de los profesionales sanitarios de las residencias. Defiendo, por tanto, el gran esfuerzo que se ha realizado y se sigue realizando en este sector. 
La gestión realizada por la Junta de Andalucía, desde que comenzaron a detectarse los primeros casos en nuestro país, ha sido ejemplar, extremando las precauciones para proteger a nuestros mayores y para prestarles el cuidado y la atención que merecen. Antes, incluso, de que se decretara el estado de alarma, en Andalucía acordamos una serie de medidas para prevenir y controlar la expansión del virus, entre ellas la suspensión de las visitas y de nuevos ingresos en las residencias de mayores, y el cierre temporal de los Centros de Día y de los Centros de Participación Activa. No obstante, cualquier fallecimiento es un drama y ha sido muy doloroso, aunque en Andalucía ha habido un menor índice de fallecimientos en residencias que en otras comunidades.

P.- ¿Considera que, de alguna manera, el trato que se dio a los mayores durante esta pandemia ha sido, como ya han denunciado muchas entidades, discriminatorio? ¿Se podría haber evitado esta situación?
R.- No considero que se haya dado un trato discriminatorio a los mayores. Al menos en Andalucía no hemos llegado a tener una saturación hospitalaria, ni hemos tenido que tomar decisiones, ni establecer protocolos que pudieran generar una discriminación por edad. 
Los mayores institucionalizados deben tener un plan individualizado de atención. El equipo mutidisciplinar del centro, tras una valoración geriátrica integral, detecta los problemas más importantes, y la situación clínica en la que se encuentra cada residente, y después de poner en común cada profesional sus opciones, establece unas medidas de tratamiento integral, debiendo obtenerse también una estimación pronóstica individualizada. A veces no se puede curar, pero siempre se puede cuidar, y aliviar cualquier sufrimiento. Algo que se ha mejorado es que desde la consejería hemos impulsado el primer plan de humanización frente a la Covid en las residencias, donde una de sus medidas es el permitir a la familia que con todas las medidas de seguridad, pueda acompañar a su ser querido en los últimos momentos de su vida. 

P.- Se está hablando del diseño de un modelo nuevo de atención residencial. Desde su amplio conocimiento de este sector, ¿qué camino cree que debería seguir este rediseño? 
R.- En todo el sector que atiende a mayores se está hablando de nuevos modelos residenciales. En mi opinión, las residencias en un futuro deben centrar su atención en el paciente. Los mayores son muy heterogéneos. Hablamos de mayores robustos, cuando conservan buena calidad de vida, de mayores frágiles, cuando por su elevada edad o sus enfermedades de base, su capacidad de respuesta a situaciones estresantes es limitada, y mayores dependientes, cuando necesitan ayuda de otra persona para realizar sus actividades básicas. Las necesidades de cuidados de cada uno de ellos es diferente. Hemos comenzado a elaborar un Plan de atención social y sanitaria en Andalucía que plantea, entre otras medidas, un nuevo modelo de organización de la asistencia sanitaria en las residencias de mayores y otros centros sociosanitarios, reforzando la coordinación del personal sanitario que trabaja en las residencias de mayores con el equipo de Atención Primaria. Máxima coordinación con Salud. Todo esto sin perder de vista que las residencias deben seguir siendo el hogar de nuestros mayores.

P.- Desde la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación acaban de presentar el I Plan Integral Estratégico de Personas Mayores 2020-2023. ¿Cuáles son los pilares en los que se sustenta? 
R.- El plan nace con un presupuestos de 145,8 millones de euros y se centra en cinco líneas estratégicas fundamentales, cada una con objetivos estratégicos específicos, que para cumplirlos se desarrollan 28 programas, en los que colaboran diferentes consejerías implicadas en mejorar la calidad de vida de nuestros mayores. Las líneas y objetivos estratégicos son: 
- Prevención de la dependencia. Siendo sus objetivos: Incrementar la práctica de ejercicio físico, mejorar los hábitos alimenticios de las personas mayores, e incrementar la empleabilidad en personas entre 55 y 65 años.
- Atención a la dependencia.  Con objetivos como: incrementar el porcentaje de mayores con prestación de la dependencia reconocida, agilizar la prestación de servicios sociales y sanitarios, 
- Atención a personas mayores con especial vulnerabilidad. Mejorando la atención del colectivo LGTBI de centros de Servicios Sociales para atención de mayores, evitando la desigualdad, y reducir la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social
- Fomento del buen trato a los mayores, evitando situaciones de maltrato,siendo sus objetivos reducir los porcentajes de maltrato y de violencia de género, y 
- Lucha contra la soledad no deseada. 
Hablamos desde programas para incrementar la práctica de ejercicio físico en las personas, a agilizar la prestación de los servicios sociales, mejorar la atención al colectivo LGTBI, reducir el porcentaje de personas mayores que sufren soledad no deseada,  o implantar un nuevo modelo de atención centrado en la persona en los centros de atención a las personas mayores Un plan que será evaluado y podremos realizar propuestas para mejorar su cumplimiento pensando siempre en nuestras personas mayores.

P.- El 47% de los andaluces mayores de 55 años se encuentran en una situación de soledad, según las conclusiones de un estudio que acaban de presentar. ¿Se ha intensificado este problema a consecuencia de la Covid-19? ¿Qué herramientas y acciones concretas emprenden desde el área que usted dirige de cara a reducir estos índices de aislamiento que tanto afectan al colectivo senior? 
R.- El problema de la soledad no deseada es frecuente en España y, sin embargo, nos encontramos con que no había ningún estudio que hubiera profundizado en ese fenómeno. Desde la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación hemos elaborado el primer estudio sobre soledad no deseada en Andalucía, que nos ha dejado resultados como que el 47% de los andaluces y las andaluzas se encuentra en situación de soledad no deseada, siendo el 7% situaciones de soledad grave. 
Este problema indudablemente se ha agravado con el confinamiento que ha motivado la pandemia de la Covid. Muchos mayores que estaban solos, salían y compartían con otros mayores en los Centros de Participación Activa, o en otro tipo de asociaciones. Al no poder hacerlo durante tres meses, esta situación ha agravado todas las consecuencias negativas de la soledad. Afecta a su estado anímico, aumentando la prevalencia de depresión, ansiedad e insomnio, así como el miedo: a enfermar o a morir en soledad. Pero también repercute negativamente en las habilidades cognitivas de los mayores, al dejar de relacionarse, y sabemos que tiene repercusiones físicas, pudiendo aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 
Para tratar el problema de la soledad no deseada, desde la consejería tenemos clara una hoja de ruta  para implementar medidas que impliquen a todos los servicios sociales tanto comunitarios como especializados, mejorando la coordinación entre los profesionales que atienden a las personas mayores. Entre todos, una vez detectado el problema debemos buscar recursos. Hay que potenciar los Centros de Participación Activa, como lugar de encuentro y sociabilización, además de implicarlos en la participación de los talleres que se realizan. En estos centros se ofrecen comidas a precios bajos, adaptados a su economía, que pueden ser una ayuda a algunos de sus problemas. Otros recursos son las asociaciones y las acciones de voluntariado. Una persona aunque sea mayor, puede seguir siendo muy útil a la sociedad, pudiendo aportar mucho a los demás. Cuando uno se siente útil, y ocupa su tiempo dándose a los otros, su sentimientos cambian radicalmente, y la sensación de soledad se reduce. 

P.- La sostenibilidad de las pensiones es otro de los temas de actualidad. ¿Considera que pueden los andaluces estar tranquilos al respecto del futuro de sus pensiones de jubilación? 
R.- Las pensiones actualmente están aseguradas. Desde la consejería atendemos las pensiones no contributivas que se abona en enero y se revisa todos los años. En 2020 subieron un 4%, siendo la mayor subida de la última década. 



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