Si bien la risa no denota la felicidad, sí puede condicionar. Por eso, los talleres de risoterapia para personas mayores pueden ser una buena alternativa
El estudio que
Ipsos realiza anualmente y que acaba de ser presentado revela un dato preocupante:
España es el segundo país europeo más infeliz, solo superado por Hungría. Sin embargo, la población española es más feliz ahora que antes de la pandemia: el 55% declara sentirse feliz frente al 46% en 2019.
Si bien la risa no denota la felicidad, sí puede condicionar. Por eso, los
talleres de risoterapia para personas mayores se ofrecen ya en muchas asociaciones, centros de día o residencias, y con múltiples formas de escenificación. En
miResi apuestan por un humor blanco y basado en actividades grupales, por ejemplo, “el ejercicio del espejo”, un juego que consiste en ponerse por parejas, mirándose cara a cara en el que primero uno y luego el otro, se imitarán los movimientos como si fueran el reflejo. Además de provocar situaciones cómicas, favorece la movilidad, los reflejos y el dominio corporal.
Psicólogos Córdoba de Argentina proponen otras dinámicas de grupo, también muy eficaces y que estimulan diferentes sentidos, como juegos de expresión y de desinhibición; actividades de atención (por ejemplo, pasarse una pelota evitando que caiga al suelo, o recordar elementos visuales, auditivos y kinestésicos); de comunicación; o juegos de contacto y de confianza.
Otra técnica que ha tenido mucha aceptación ha sido el yoga de la risa, creado por el doctor Madan Kataria en 1995. Se trata de una práctica meditativa que incluye ejercicios de respiración y risa. Actualmente, existen ya miles de clubes de la risa en un centenar de países.