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Carrera de fondo contra el cáncer: la edad, aunque importante, no es decisiva

El abordaje multidisciplinar y la calidad de vida del paciente fueron los dos temas principales abordados durante la III Jornada Nacional de Oncogeriatría, celebrada en Valencia. Pero, ¿qué características tiene el paciente anciano oncológico?

A. Lemos 11-06-2019

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No es ningún secreto que el de cáncer es uno de los diagnósticos más demoledores de hoy en día –no por nada es la principal causa de mortalidad en todo el mundo–. Su tratamiento es todo un mecanismo de procesos que varía según el paciente. Es un camino farragoso y escarpado, pero que las nuevas tecnologías, las innovaciones sanitarias, la mejora del cuidado de la salud y las condiciones de vida están consiguiendo allanar paso a paso.

Pero, ¿qué sabemos sobre el cáncer? En realidad, no es una sola enfermedad, sino que al decir ‘cáncer’, designamos a un amplísimo grupo de enfermedades que se pueden dar en cualquier parte del cuerpo. Todas ellas tienen como denominador común que algunas células anormales comienzan a dividirse descontroladamente y se diseminan a los tejidos más próximos, dando lugar a neoplasias, más conocidas como tumores.

Los factores de riesgo del cáncer son múltiples: la inactividad física, el tabaquismo, el alcoholismo... y también el envejecimiento, muy probablemente debido a la acumulación de malos hábitos a lo largo de la vida combinados con la pérdida de eficacia de los mecanismos de reparación celular. 

Por este motivo, para la doctora Regina Gironés Sarrió, oncóloga en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia), las personas mayores son “supervivientes”. “Envejecemos porque superamos otras causas de muerte, incluidos los accidentes”, indica la especialista, quien recientemente formó parte del comité científico organizador de la III Jornada Nacional de Oncogeriatría, que se celebró en Valencia bajo el título ‘La mayoría olvidada: necesidad de evidencia científica’ y al que asistieron un centenar de especialistas.

“El cuerpo humano envejecido tiene unas características diferentes a las de un niño o un adulto”, explica Gironés a entremayores. “Y esos cambios asociados a la edad deben estar muy presentes en el manejo del paciente oncológico. Pequeñas alteraciones que no son graves en un adulto (como una infección, diarrea o deshidratación) pueden tener repercusiones mayores e inesperadas en la población de más edad. Por eso es imprescindible tener una visión integral de este tipo de pacientes”, indica la especialista, que añade que, en este sentido, no hay que perder de vista el recorrido vital de la persona, así como sus experiencias y sus deseos.

EL ONCOGERIATRA
La respuesta es no. “En nuestro medio no existe esa especialidad”, puntualiza Gironés. En otros países se imparte formación en Geriatría por parte de oncólogos, y también formación en Oncología por parte de geriatras. “El objetivo no es que exista esa especialización, sino que cada una de las especialidades esté sensibilizada para conseguir un abordaje común para los pacientes”, señala la experta.

Ese abordaje multidisciplinar es un asunto que se revisa con la mayor frecuencia posible, con el objetivo de mejorar la asistencia sanitaria a los pacientes, y no solo entre geriatras y oncólogos a la hora de atender a una persona mayor con cáncer. Durante la jornada en Valencia, Miriam Sánchez Reyes, trabajadora social del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, defendió lo imprescindible de conocer la situación familiar del paciente: si existe un cuidador efectivo, el contexto económico de la familia, si su casa está adaptada o evitar que una posible situación de vulnerabilidad recaiga sobre el paciente.

“Ya es habitual que no se pueda dar de alta a una persona enferma de edad avanzada porque no existe ningún familiar que se haga cargo”, lamentó Sánchez Reyes. “Ahora, las hijas y los hijos trabajan y es muy difícil ocuparse de un mayor enfermo”, a lo que hay que sumar la burocratización a la hora de recurrir a los servicios de apoyo, como ayuda domiciliaria. Así, las familias se ven ante nuevas situaciones para las que no existe respuesta inmediata, por lo que, “o tienes recursos económicos, o lo tienes muy complicado”, concluyó la trabajadora social, dejando clara la necesidad de que la sanidad y los servicios sociales actúen conjuntamente.

En lo que a avances en atención médica se refiere, Gironés sugiere mejorar la formación de los especialistas en Oncología, sensibilizando a los residentes que todavía se están formando en nociones sobre Geriatría, “para saber manejar a esta población creciente”. Y, dentro de la Oncología, apunta a la estimulación de la investigación, “con protocolos consensuados y específicos para cada uno de los tumores en el anciano”, indica la experta.

LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO
Esta frase fue el nombre de la ponencia de Montiel Chelet, psico-oncóloga de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), durante la jornada.

Partiendo del dato de que el 79% de los pacientes son víctimas de este escenario por parte de su entorno, Chelet describió tal acepción como el miedo a que el paciente conozca la enfermedad, algo que se produce especialmente en el entorno familiar: “Ocultar el diagnóstico, mantener una vida normal o evitar el sufrimiento que puede producir conocer la verdad” son actitudes que, según la especialista, suelen provocar en el paciente una situación de soledad, miedo y pérdida de confianza. Y es que, aseguró, en estos casos, “hace más daño lo que nos callamos que lo que decimos”.

Aunque la literatura científica relacionada con la epidemiología y el manejo del paciente mayor con cáncer crece exponencialmente –y con amplia representación española–, la visibilidad social es mucho menor. “En nuestro sistema de salud, la subespecialización es algo intrínseco a la práctica médica, pero que no tiene reconocimiento a nivel académico o administrativo. Muchos usuarios desconocen que hay médicos especializados en determinados tipos de tumores, y también existen médicos más sensibilizados en el trato hacia el paciente senior con cáncer”, explica Gironés.

CALIDAD DE VIDA
Para Remei Blanco, oncóloga médica del Consorci Sanitari de Tarrrasa, en el caso del anciano con cáncer “la supervivencia no ha de ser el objetivo primordial”. Algo sobre lo que también ha insistido la doctora Myriam Rodríguez Couso, geriatra del Hospital de Guadalajara: “Seguimos subestimando al paciente mayor por el hecho de serlo, así como su capacidad de resistencia y resiliencia”, añadiendo que, “por ello, es prioritario conocer la voluntad del paciente algo que incluso hay que tener en cuenta en pacientes con un deterioro cognitivo leve ya que, en estos casos, están capacitados para entender y tomar decisiones”. Sobre esta cuestión, Isabel Magallón, enfermera oncológica del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona, afirmó que “hay que escuchar lo que el paciente quiere”, teniendo en cuenta que, en muchas ocasiones, “esa decisión es abandonar el tratamiento”.

Pese a todo, curarse es una opción plausible tras un diagnóstico de cáncer pasados los 65 años. “No es cierto que ‘anciano’ sea sinónimo de ‘frágil’. Es algo que debemos desterrar de nuestro pensamiento”, concluye Gironés.



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