Stopedadismo, una campaña de Asispa para identificar y eliminar los prejuicios hacia las personas mayores
El jueves 25 de marzo, la entidad organiza una jornada de reflexión virtual sobre la que ya es tercera causa de discriminación en el mundo. Hablamos con la responsable de Innovación Social en la fundación, Laura Rosalía Cañete, y con la investigadora en Matia Instituto, Sara Marsillas, sobre esta lacra cada vez más extendida
Asispa ha puesto en marcha #Stopedadismo, una iniciativa con el objetivo de sensibilizar, identificar y eliminar los prejuicios y la marginación hacia las personas mayores por razones de edad. No obstante, según asegura la responsable de Innovación Social en la Fundación Asispa, Laura Rosalía Cañete, “se margina a las personas por el simple hecho de cumplir años y es nada menos que la tercera causa de discriminación más común en el mundo”.
Pero, ¿cómo se ha convertido el edadismo en una de las mayores lacras de la actualidad? La investigadora en Matia Instituto, Sara Marsillas, explica que hay varios factores detrás de su aumento: “Yale ha estudiado mediante lingüistica computacional la base de datos del Corpus of Historical American English (COHA) para analizar la evolución de los estereotipos hacia la edad en los últimos 200 años y han encontrado que estos se han ido volviendo cada vez más negativos”. Algunas de las razones a las que aluden en Yale, añade Marsillas, son la medicalización del envejecimiento –esto es, la vinculación de cuestiones de salud o enfermedad física con las personas mayores–, así como la creciente proporción del colectivo senior y su representación como una carga que puede agotar los recursos limitados”.
Cañete argumenta que el edadismo “es una forma de discriminación que se ha normalizado tanto en el ámbito personal o individual como en la esfera de la acción pública cotidiana”, extendiéndose en entornos profesionales, la sociedad y su cultura, así como también en “la oferta de servicios, medios de comunicación, publicidad, agendas de ocio y participación…”. Para frenarlo, continua la responsable de Innovación Social de Fundación Asispa, “creemos que la sensibilización es uno de los primeros pasos en la tarea de eliminar conductas comunitariamente dañinas e injustas”. Por este motivo, segura, su erradicación “se convierte a partir de ahora en un objetivo estratégico de Asispa”.
EL PELIGRO DE CAER EN EL EDIDADISMO
El edadismo, según lo define la investigadora de Matia Instituto, es una “construcción compleja, a menudo negativa, de la vejez” y en él desempeñan un papel crucial “los estereotipos discriminatorios contra las personas basados en la edad, por el simple hecho de ser mayores, ideas que son por definición sesgadas y no contrastadas”.
Sin embargo, el edadismo a veces también se deja entrever detrás de iniciativas positivas. “Incluso conceptos como el envejecimiento activo promovidos por la OMS o la Comisión Europea, con el fin de promover el mantenimiento de la salud en las personas mayores, utilizar su capacidad productiva o reclamar su pertenencia a la sociedad como miembros plenos de la misma pueden ayudar a mantener este imaginario discriminatorio”. Esto sucede porque dichos conceptos no consiguen representar la diversidad en el envejecimiento y, en cierto modo, señala Marsillas, “reducen dicho proceso a dos grandes etapas o grupos que se presentan a modo dicotómico: una que sería el objetivo a perseguir, asociada a valores como la autonomía, independencia y agencia; y otra a evitar, que representa lo contrario, el deterioro y la dependencia”.
Los estereotipos moldean nuestra visión sobre el envejecimiento. Martillas asevera que estas “narrativas e imágenes cargadas de estereotipos se interiorizan y se transforman en actitudes y conductas discriminatorias hacia los demás, pero también hacia uno mismo”, por lo que es clave desmontarlos y “mostrar una imagen de la vejez más real”. “Las personas vamos internalizando estas imágenes negativas hacia la vejez, ajustándonos a ellas e incluso, podemos asumirlas como inevitables”, remarca la investigadora.
INVISIBILIZADO
La palabra edadismo ni siquiera viene recogida en el DRAE, una señal más de la invisibilidad del problema. “El edadismo es altamente tolerado por la sociedad y en muchas ocasiones este se manifiesta a través de pensamientos, imágenes o conductas sutiles o implícitas, de manera que solemos no reconocerlo y podemos dejarnos llevar por estos estereotipos”, subraya Marsillas.
Por otro lado, la investigadora argumenta también que algunos autores equiparan la vejez “con un proceso de invisibilización, según el que parte de la sociedad siente desinterés por las personas mayores”. Es decir, tendríamos una confrontación de valores: por un lado los “venerados como la juventud, la autonomía o la belleza”, y por otro, los mencionados estereotipos negativos hacia la vejez. “Se tienden a establecer distancias o brechas hacia dicha etapa incluso con el fin de reafirmar la propia identidad. Es curioso que mediante el edadismo discriminamos a un grupo al que antes o después terminaremos perteneciendo”, razona la investigadora.
El edadismo puede adoptar muchas formas, “no se trata únicamente de prácticas discriminatorias o conductas como el desdén, insulto o la distancia, etcétera”, afirma Marsillas. Hay ejemplos sutiles de edadismo, “que pasan desapercibidos como ciertas actitudes paternalistas, infantilizadoras o condescendientes”. Un ejemplo habitual, indica la investigadora, es representar a las personas mayores como “los abuelos o referirnos a ellas como nuestros mayores, o dar por hecho que las personas mayores no pueden hacer ciertas tareas”. Al respecto, Teresa Martínez ha compartido hace unos días en su blog una reflexión muy elaborada sobre el uso de la expresión ‘nuestros mayores’, “aparentemente benévola, que tanto estamos escuchando últimamente en los medios”, incide Marsillas.
MESA DE REFLEXIÓN
El próximo jueves 25 de marzo (a partir de las 16:00h), Asispa organiza una j
ornada de reflexión virtual con el fin de visibilizar la tercera causa de discriminación en el mundo: el edadismo, solo por detrás de del racismo y del sexismo.
Con el hashtag, #StopEdadismo y el título ‘Cuando la edad no es el problema’, las diferentes mesas estarán moderadas por la periodista Isabel Gemio. En ellas intervendrán diversos expertos de la materia como Elena Barrio, socióloga experta en mayores; Isabel Prinz, del colectivo de actrices ‘de50pararriba’; Inma Chacón, poetisa y narradora; o Ernesto Cabello, presidente de Convivir, cooperativa de cohousing senior.
La primera mesa tratará de dar respuesta a qué es el edadismo, si la sociedad es consciente de estar excluyendo al colectivo senior, cómo y por qué está problemática se está agravando con la crisis de la Covid-19. En la segunda charla se compartirán las claves para construir una narrativa positiva en torno a la edad, al envejecimiento y se apuntarán las acciones posibles para evitar este tipo de discriminación.
La jornada
se podrá seguir en directo a través de la propia web de Asispa, su cuenta en
Facebook y su
canal de Youtube. “Dos mesas y un único foro para identificar y eliminar prejuicios y estereotipos en torno a las personas mayores”, asegura Cañete, que añade además que lanzarán el debate en torno a estas preguntas como “¿somos conscientes de estar excluyendo a las personas mayores? ¿por qué en este momento de la Covid-19 esto se agrava? o ¿cuáles pueden ser las claves para lograr su erradicación?”.
Previamente a esta mesa de reflexión, desde Asispa se realizaron otras actuaciones como un Maratón de Radio el día 17 de diciembre. “La soledad no deseada en las personas mayores es problema de todos y fueron ocho horas de radio con un solo objetivo: #StopEdadismo”, relata la la responsable de Innovación Social en la Fundación Asispa.
Cañete quiso remarcar que, aunque la iniciativa fue impulsada por la fundación Asispa, “rápidamente se incorporó la plataforma de sostenibilidad Quiero, que nos está acompañando en la difusión y organización de las mesas”. Además, recientemente se acaba de sumar a este compromiso la Asociación Alicia y Guillermo, “y en las mesas participaran representantes tanto del Ayuntamiento de Madrid como de la comunidad. Estamos abiertos a todos los organismos, instituciones o personas individuales que quieran de forma altruista aportar, difundir y sensibilizar para erradicar este tipo de prejuicio”, concluye Cañete.