En el ultimo año, las personas de mayor edad, aparentemente sanas o con una demencia leve todavía sin detectar, pueden haber sufrido un deterioro de sus facultades mentales, pero ¿cuáles son los síntomas a los que tenemos que estar atentos para detectar una posible merma en la salud mental de una persona mayor? “Los signos que nos pueden alertar los podríamos dirigir a las dos cuestiones claves dentro de las funciones ejecutivas superiores. Por un lado, la falta de iniciativa, es decir, la persona no muestra proyectos para organizar el día, especialmente, a corto plazo; y, por otro, la falta de interés por las relaciones sociales o de actividades habituales”, comenta Rodríguez Guzmán.

Otras señales de este deterioro pueden ser las excusas que surgen para no llevar a cabo alguna tarea en particular. “Se encuentran con dificultades para integrar nuevos aprendizajes y se evitan a través de excusas relacionadas con el cansancio, la edad o, incluso, el poco interés que despiertan en la persona” dicha tarea, remarca la experta.

La doctora Robles destaca que, en la relación con ser querido, quizá a nivel cognitivo “hay que observar si han perdido memoria, si repiten las cosas, si no recuerdan lo que les comentamos, el día en que vivimos, etcétera”. A nivel de la esfera anímica, continúa, “observar cómo están de ánimo, si los vemos más tristes, apáticos, decaídos, con menos ganas o ilusión, si duermen peor o si expresan sentimientos de desesperanza”.

En este tiempo es habitual que aparezcan signos de labilidad conductual, que marcan un cambio repentino en los diferentes entornos en los que se desenvuelven. Rodríguez Guzmán subraya que las propias personas mayores “son las primeras en darse cuenta de que algo está fallando en su cognición, que sus reflejos son reducidos, que les falta fluidez verbal, que pierden el hilo de la conversación y genialidad en las respuestas”. Por este motivo, aclara la experta, nos podemos encontrar con conductas de enfado, aislamiento, reacciones de pánico, irritabilidad, u otras conductas inapropiadas respecto a la situación social que se presenta.

Otra conclusión muy práctica para sospechar que ese deterioro cognitiva está sucediendo es fijarse en “cualquiera de las conductas que generen extrañeza”, remarca Rodríguez Guzmán, ya que “pueden ser la señal oportuna para que nos dirijamos a entidades especializadas en Alzheimer”.