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La economía del futuro se tiñe de gris

Pero no en sentido negativo. Para este sector, las personas mayores de 65 años ya son clientes potenciales y claves. Las empresas deberían ponerse las pilas para adaptar sus productos y servicios a este creciente colectivo

Emma Vicente EM 14-05-2019

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Se espera que las personas con 60 o más años pasen de 1.050 millones, en 2020, a casi el doble, en 2050.

Hablamos de silver economy, ese anglicismo que alude al color plateado de las canas y que pone en el objetivo a las personas mayores de 65 años, un colectivo que en 2060 representará a uno de cada tres ciudadanos europeos.

La silver economy, o la economía plateada, no es un término nuevo. Llevamos años hablando de este concepto pero ha empezado a calar más profundamente ante estas proyecciones demográficas elocuentes y con marcado interés para las empresas. Y es que, si bien hace un tiempo el mercado de las personas mayores no era atractivo porque estaba asociado, básicamente, a la dependencia y la enfermedad, actualmente, con un perfil más sano, con más formación, más vital y exigente, esta idea está cambiando para volverse un mercado de futuro.

Prueba de este creciente interés son los foros que proliferan teniendo como objeto de estudio este ámbito. A finales del año pasado, Málaga acogió el I Foro Smart Aging, una cita organizada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Fundación Envejecimiento y Salud (FES), donde se exhibieron iniciativas innovadoras entorno a la silver economy.

Más recientemente, el mes pasado, organizada por la Mutualidad de la Abogacía, se celebró en CaixaForum Barcelona la XVI Jornada Financiera en la que la ‘Economía del Envejecimiento’ fue uno de los ejes principales desde el punto de vista de la previsión y protección social y donde una idea sobrevoló continuamente este foro: “El futuro pertenece a las personas mayores”.

Un pensamiento que entronca con la idea del prestigioso consultor Juan Carlos Alcaide, quien defiende que lo que cuenta “no son los años pasados, son los venideros”.

PURA ESTADÍSTICA
Los datos demográficos lo dicen todo. El catedrático de Historia de la Medicina, Diego Gracia, habla de tres revoluciones por las cuales hemos alcanzado estas cotas de longevidad. La primera, la revolución terapéutica, con el descubrimiento de las sulfamidas y los antibióticos. La segunda, la biológica, gracias a la manipulación del código genético. Por último, la revolución tecnológica, con la irrupción en las ciencias de la salud de la informática y las modernas tecnologías médicas.

Según el estudio ‘Envejecimiento de la población, familia y calidad de vida en la vejez’, coordinado por el demógrafo y sociólogo Julio Pérez Díaz, en la revista ‘Panorama social’, que edita y publica Funcas semestralmente (este es de febrero), se espera que la población con 60 o más años pase de 1.050 millones, en 2020, a casi el doble, en 2050, y supere a la población de entre 15 y 39 años hacia 2080.

También refleja que en España en las últimas cuatro décadas, el porcentaje de mayores de 64 años ha aumentado desde los 3,8 millones hasta los 8,8 millones, un 131% más, mientras que el crecimiento en el resto de edades desde 1977 hasta 2017 fue del 16%. Estos datos, unidos a otras variables (baja natalidad, por ejemplo) va a generar, según este experto, “auténticas revoluciones en el perfil de la vejez en los proximos años”.

Y es que hablamos de personas que se cuidan, con hijos independizados, hipoteca amortizada, tiempo libre y una pensión para disfrutar. Además, Antonio López Farré, profesor titular del Departamento de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina de España, introduce una interesante aportación “al concepto de los mayores”, calificando el “envejecimiento activo como calidad de vida”, pues resulta imposible medir, desde la medicina, la edad de las personas, ya que no coincide nunca la fecha del DNI con la edad biológica. “Existe un desfase de más/menos 15 años entre las dos edades”. Este es el perfil tipo de lo que constituye el colectivo mayoritario de mercado de futuro, suficientemente consistente para que las empresas lo pongan en valor a la hora de meditar sus productos. Es pues, mera estadística. Serán una parte muy  importante del consumo.

Pero, a juicio de diversos expertos, las empresas, en términos generales, no están poniendo todas las bases para aprovechar esta oportunidad. Alcaide habla de diez mitos, que remiten a una idea trasnochada de las personas mayores, que estigmatiza a este colectivo. Por eso, este experto contrapone el ‘Manifiesto Silver’, que consta de siete puntos: “Todos tenemos derecho a un envejecimiento digno, a ganar dinero en un mundo mejor, no existen viejos ni viejas, envejecimiento positivo y activo: todos necesitamos aprovechar el tiempo incierto que nos queda, la idea del amparo, es necesario planificar y la tecnología y servicios digitales para la silver economy”.

EL FUTURO ES DE LAS CANAS
“El reto es rejuvenecer la economía con una población que peina canas”. Así de contundente se muestra Iñaki Ortega, director de Deusto Business School, quien junto a Antonio Huertas, presidente de Mapfre, escribieron un interesante libro, ‘La Revolución de las Canas: Ageingnomics o las oportunidades de una economía del envejecimiento’ (Gestión 2000, del Grupo Planeta).

“Aunque parezca una contradicción, la cohorte de edad situada entre los 55 y 70 años que hoy las empresas y la legislación han expulsado del mercado laboral, tiene en sus manos salvar la economía. Todo un potencial de actividad, experiencia y creatividad desaprovechado. Por un momento piensen los revolucionarios efectos que supondría incluir todos esos millones de almas en nuestra economía. Una auténtica revolución de las canas”, señala Ortega. Con esta publicación, los autores exponen, en positivo, las consecuencias del aumento del número y proporción de personas mayores y enfrentan esa visión optimista particular a una mirada más alarmista que sobrevuela en la sociedad.

Además de señalar los efectos negativos del envejecimiento, los autores describen prolíficamente los efectos positivos. Entre los primeros se encuentran la reducción de la dinámica de crecimiento de la población; la disminución (futura) de la fuerza de trabajo; la pérdida de dinamismo de la economía; mayores gastos en salud y potencialmente en pensiones; y repercusiones en el consumo y ahorro. Y sobre los efectos positivos, los autores destacan: un incremento de la vida laboral, suponiendo un retraso de la edad de jubilación; un incremento de la productividad, si las nuevas generaciones traen mejor formación y aprendizaje; y nuevos nichos de actividad económica en sectores tradicionales y en otros nuevos.

NUEVOS NICHOS DE MERCADO
En el libro se presenta el neologismo ageingnomics, que surge de la unión de las palabras, en inglés, envejecimiento (ageing) y economías (economics), que alude a un nuevo paradigma. Ageingnomics es un concepto que recoge una visión constructiva y abierta a las oportunidades económicas en torno al envejecimiento demográfico.

Esta idea es muy interesante y podríamos enlazarla con las claves del Marketing Senior que Juan Carlos Alcaide pone sobre la mesa en sus conferencias y que deberían hacer reflexionar a las empresas. En su decálogo explica que “ellos no se sienten ‘viejos’, se habla de una nueva juventud; la jubilación es sinónimo de alegria; su principal miedo es la soledad y son muy sociales; tienen más poder adquisitivo; son estrictos en cuanto a la búsqueda calidad-precio; más fieles a la marca; tienen un nivel de exigencia alto; prefieren tiendas cercanas a sus hogares; son muy participativos; y están influenciados por sus hijos”.

Estas ideas extrapoladas del comportamiento de las personas mayores en el mercado, metidas en una coctelera, son oro puro para que las empresas puedan responder a las demandas de este colectivo.

Así pues, se abren nuevos nichos de actividad económica en sectores tradicionales y en otros nuevos. Idea que se refuerza con los estudios de Mercedes Ayuso, catedrática de Estadística Actuarial por la Universidad de Barcelona, los cuales arrojan que “el rango de edad de los ciudadanos de entre 65 y 75 años es el de mayor acumulación de riqueza”. Este dato, según Ayuso, debería ser tenido más en cuenta “a la hora de estudiar la economía y los productos destinados a los mayores”.

En ‘La Revolución de las Canas’, sus autores arrojan luz sobre los sectores económicos actuales y los que están en ciernes que pueden ser una oportunidad. Estos serían: ocio y turismo, salud (nuevas profesiones, medicina personalizada, industria biomédica y farmacéutica), cuidados, vivienda (adaptación, residencias, nuevas formas de alojamiento), educación, tecnología (amplísimo campo donde se cita desde la telemedicina, la monitorización y la domótica), finanzas y seguros (planificación financiera, planes de ahorro) y, finalmente, consumo y servicios.

UN PROYECTO DE FUTURO CON BUENAS EXPECTATIVAS

Un ejemplo de que algo se esta moviendo es el proyecto  trasnacional Activage (ACTivating InnoVative IoT smart living environments for AGEing well), presentado a principios de 2017 en Madrid. Se trata de una iniciativa financiada con 20 millones de euros y enmarcada en el programa H2020 de la Comisión Europea. Hasta la fecha límite de 42 meses para obtener resultados (plazo que finaliza el 30 de junio de 2020), buscarán afrontar el reto que supone el envejecimiento de la población con soluciones que plantean el uso del IoT ‘Internet of Things’ (Internet de las Cosas), concepto que se basa en la interconexión digital y que, en este caso, permitirá incrementar la seguridad de los senior, favoreciendo el mantenimiento de su independencia y participación social, así como reducir el impacto negativo que implican enfermedades crónicas y el deterioro.

El proyecto, con peso específico español, (Sergio Guillén, director de Innovación en Mysphera, y Germán Gutiérrez, director de Integrated Health Solutions en Medtronic Ibérica, son los coordinadores), se está pilotando en nueve lugares de toda Europa en el que participarán, finalmente, más de 7.200 usuarios (aproximadamente 6.000 personas de edad avanzada y 1.200 cuidadores no profesionales y cuidadores formales) con más de 43.000 dispositivos IoT conectados.

EL PRESENTE PLATEADO
No es futuro. Es presenta ya. La revolución de las canas ya está en marcha y es imparable. Ahora se barajan fórmulas para poder equilibrar la balanza porque la realidad es que la generación silver será vital para sostener el futuro. Las medidas a tener en cuenta para hacer viable esta sostenibilidad tendrán que barajar las posibilidades de que millones de personas senior sigan trabajando, ahorrando, creando y consumiendo.

>> Entrevista con el consultor Juan Carlos Alcaide: 'Para satisfacer al cliente mayor es necesaria una readaptación estratégica que pocos están llevando a cabo'.

>> Entrevista con Sergio Guillén Barrionuevo: 'Desde Activage pretendemos que sea realidad que el IoT puede influenciar positivamente en la calidad'.


>> Bizkaia toma la delantera y se convierte en referente internacional en materia de silver economy.



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