Los investigadores Loredana Ivan, de la National School of Political Studies and Public Administration, y Shannon Hebblethwaite, de Concordia University, están desarrollando un proyecto llamado Grannies on the net (Abuelas en la red). Se trata de “un estudio comparativo que se desarrolla en seis países. Andrea Rosales lidera los casos de estudio en Barcelona y en Cali (Colombia)”, explica Mireia Fernández-Ardèvol, y añade que “el objetivo es estudiar la relación entre las tecnologías digitales y la participación social de las abuelas de 65 años o más”.

El envejecimiento suele ir acompañado de cambios en las interacciones sociales, incluida la comunicación familiar. Los adultos mayores suelen quedarse atrás cuando los niños o los nietos se trasladan al extranjero y la falta de contacto con los miembros de la familia puede tener efectos perjudiciales en su salud y bienestar. Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), como Facebook, podrían ofrecer mecanismos adecuados para facilitar el vínculo familiar cuando sus familias están geográficamente dispersas. Además, las TIC proporcionan un incentivo importante para que los abuelos se involucren con las redes sociales a la hora de compartir fotos y noticias. “Dado que los mayores están viviendo vidas más largas y más sanas que nunca, los abuelos tienen oportunidades crecientes de desarrollar relaciones intergeneracionales cuando sus nietos crecen y se alejan de casa. Cuando las familias viven separadas, ya sea en diferentes países o a gran distancia dentro del mismo país, las TIC pueden ayudarles a desarrollar una historia compartida y un sentido de apoyo social entre generaciones”, describen los investigadores del proyecto.

¿Cómo utilizan las abuelas las redes sociales?

El propósito principal es comprobar cómo se comunican las abuelas con los nietos que se encuentran lejos. “El equipo explorará cómo utilizan, o no, las tecnologías digitales en el día a día desde una perspectiva amplia: desde los dispositivos móviles (smartphone, tablets, portátiles), redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram...), comunidades online, blogs y otras plataformas de comunicación como Skype o el correo electrónico. El proyecto se extenderá más allá de la comunicación familiar y se centrará en la participación social de manera más amplia, incluyendo el ocio”, explica Fernánded-Ardèvol. 

En total, y según indica la investigadora, la iniciativa “contará con la participación de 200 abuelas en Canadá, Rumania, Perú, Israel, España y Colombia. Como en estos países las tasas de adopción de Internet son muy diversas, el proyecto resultará todavía más relevante”.