La de Profuturo, en Valladolid, es una de las primeras cooperativas para mayores de 50 años que ofrece una alternativa a través de la vivienda colaborativa. “El proyecto nace de personas que deciden diseñar un futuro mejor donde vivir. Hay algo que tienen muy claro y es que les queda mucho por delante. Son el reflejo de un envejecimiento activo y saludable y quieren recordar a la sociedad que su ciclo vital no se ha terminado, todavía quedan sueños que cumplir”, comenta Felipe Martín, presidente del Consejo Rector de Profuturo. Bajo los pilares de seguridad, confort e independencia, añade Martín, “encaminan sus actuaciones para no ser una carga y completar su vida con dignidad. Profuturo Valladolid ofrece una forma de vida que se ajusta al futuro donde solo existe un único responsable: la persona mayor”.
Este complejo de mayores, considerado uno de los más vanguardistas de España, consta de tres edificios en los que se integran 127 apartamentos adaptados y espacios comunes comunicados. Una iniciativa de sus residentes y desarrollada por ellos mismos, es decir un modelo de autogestión. “La recompensa es el afianzamiento de lazos gracias al proyecto común, y el sentimiento de orgullo de haber construido algo que es interesante y beneficioso para los propios miembros de la comunidad y su entorno social y familiar”, revela Felipe Martín.
“Las zonas comunes son el valor más seguro y más atractivo”, destaca el presidente de Profuturo. “Al principio hay quien piensa que se muda a un piso más pequeño. Luego comprueba que con menos metros cuadrados tiene una vivienda mucho mejor preparada para recibir invitados o llevar a cabo actividades que no podía realizar en su vivienda anterior”.
Y es que, a partes iguales, lo que más valoran los residentes son la independencia y la compañía, pero también el afecto. “En Profuturo vivimos el presente que hemos elegido con anterioridad y seguiremos proyectando nuestro futuro para que se convierta en el presente de mañana. Consideramos que todos podemos estar contentos con los resultados”, concluye Felipe Martín.