Pregunta.- ¿Cómo describe la realidad que viven las personas mayores homosexuales en la actualidad?

Respuesta.- Creo que la problemática de los mayores es la misma sean homosexuales o heterosexuales. La diferencia puede ser que, en una residencia para heterosexuales, el mayor homosexual no sea atendido o tratado de la forma que debiera.

P.- ¿A qué cree que se debe el retraso que vive España respecto a otros países de Europa con respecto al trato a este colectivo?

R.- No sabría decir por qué no hemos dado todavía ese paso, aunque realmente damos pocos pasos para todo. Hay muchas acciones y medidas sociales, pero no creo que sean suficientes. No considero que sea eficiente, por ejemplo, que a la gente le den una ayuda en vez de un trabajo. Lo mismo pasa con los mayores. No existe una política social realmente efectiva que haga sentir como persona a las personas. No estoy de acuerdo con ese sistema de que cuando te haces mayor tengas que estar “aparcado” en un geriátrico. En algunos sitios de Europa, como Amsterdam, por ejemplo, existe desde hace años la denominada llave rosada, una especie de certificado sobre la calidad en el trato a las personas. Estamos en una sociedad muy atrasada en este aspecto.

P.- ¿En qué consiste exactamente su proyecto de convivencia Futuro XXI?

R.- Es una iniciativa privada que aún está en proyecto, porque nos faltan muchos apoyos. Hay personas que piensan como yo, es decir, que no están dispuestas a dejar de vivir en su casa cuando llegan a cierta edad. Se trataría de una convivencia de cuatro o cinco personas -mayores de 50 años-, con un servicio doméstico, en una casa privada. Esto facilita el cuidado y el trato entre las personas que viven juntas porque se dan cariño, atención, comparten afinidades, etcétera. Creo que el cuidado es más sencillo cuando hablamos de grupos reducidos. En ningún caso son residencias para ricos, al contrario. Son casas en las que cada uno puede tener su privacidad pero también lugares para compartir que aportan calidad de vida al mayor, ya que acabaría estableciendo una amistad con las otras personas que viven con él. La parte médica estaría asegurada a través de un seguro en caso de que haga falta pero no habría un servicio médico interno, es decir, se trata de un cambio de concepto, ¿por qué tengo que vivir con una enfermera si no me encuentro mal? Lo importante es que lleven una vida normal y fomentar la idea de que simplemente somos mayores, pero no estamos enfermos.

P.- Se trata de alojamientos para gays de más de 50 años, ¿por qué pensó en este colectivo?

R.- Fue una decisión personal. Creí que ellos tienen algunos problemas añadidos debido al trato que reciben en los geriátricos, en los que deben dejar algo fuera una vez que entran. Sé que hay personas que se sienten rechazadas por su condición y en alojamientos como éste pueden vivir de forma natural. Aunque suene mal, se trata de convivencia por conveniencia.