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Lourdes Bermejo / Pedagoga, educadora y gerontóloga

'Las cualificaciones profesionales son instrumentos valiosos para ir avanzando, eso sí, deberían poder actualizarse'

La experta expone su perspectiva en torno a las ventajas de la cualificación profesional en el ámbito sociosanitario

Emma Vicente / EM 11-03-2017

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Pregunta.- ¿Cuál es la relevancia de las cualificaciones profesionales y qué pasos se siguen para obtener la acreditación?

Respuesta.- Las cualificaciones son muy importantes porque de ellas salen las formaciones de FP. Podría decirse que primero se diseñan las cualificaciones y luego los contenidos de la FP asociada. Pero hay que tener en cuenta que existe otra vía para obtener la cualificación: el reconocimiento de competencias adquiridas por experiencia profesional. Este sistema permite que un trabajador que acredite un tiempo determinado habiendo desarrollado ciertas funciones, sea evaluado en sus competencias. Para ello, se elaboraron las “Guías de evidencia”, que también están en la misma línea y son acordes a las unidades de competencia y a los criterios de realización de la cualificación (del mismo modo que sucede en la formación reglada de FP). Digamos que la cualificación da el marco teórico y técnico de esa profesión. La cualificación es la esencia, por eso es tan importante. Posteriormente, se van articulando diversas vías para su adquisición, para favorecer que, tanto las personas que ya están en el mercado laboral trabajando como aquellas que quieren iniciarse en este sector, puedan acceder a este cualificación, que garantiza que los profesionales dispongan de las competencias necesarias para desarrollar sus funciones adecuadamente. Es decir, que cuenten con los conocimientos conceptuales, pero también de procedimiento y dispongan de las actitudes necesarias para un trabajo tan importante y complejo como es la atención o el acompañamiento de personas en situación de dependencia.

P.- Participó en los inicios de la elaboración de estas cualificaciones y, posteriormente, entre 2013 y 2014, fue de nuevo llamada para revisar los contenidos de las mismas. ¿Cuál fue el resultado de ese trabajo?

R.- Efectivamente, entre 2013 y 2014 se desarrolló un procedimiento de revisión y actualización de las cualificaciones, y desde el Instituto Nacional de las Cualificaciones (Incual), se nombró a un pequeño equipo de expertos –del que tuve la oportunidad de participar– y, junto con los responsables del Instituto, hicimos la revisión y actualización de estas dos cualificaciones ya existentes –Certificado de Profesionalidad de Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes en Instituciones Sociales y el Certificado de Profesionalidad de Atención Sociosanitaria a personas en el domicilio– y, además, desarrollamos una nueva, la Cualificación del Asistente Personal (que no había podido pasar los “contrastes” cuando salieron las otras dos en 2009). Para explicar lo que son los contrastes, diremos que tras la elaboración y revisión de la cualificaciones, éstas han de pasar un complejo procedimiento administrativo para garantizar que estén acorde a lo que los destinatarios finales de los servicios requieren, al sector, al mercado laboral, etcétera, y por ello, han de pasar diferentes filtros (uno es el del sector donde están representados las patronales, sindicatos, las personas usuarias de los servicios...), y después han de pasar también por del Consejo General de la Formación Profesional (recordemos que la cualificación va a afectar directamente a los estudios de FP asociados y al sistema de reconocimiento por experiencia profesional). Tristemente, tras hacer todo este trabajo, y después de que las tres cualificaciones pasaran todos los filtros, no llegaron a ver la luz, de modo que continúan vigentes las previas y sin existir la del Asistente Personal. Digo que es una lástima porque en las nuevas cualificaciones ya habíamos logrado incluir toda la filosofía y la metodología de una atención más centrada en la calidad de vida de la persona y, por tanto, se hablaba más de derechos, de capacidad de toma de decisión de la persona (su autonomía moral) y no solo de su dependencia funcional o física. Es decir, se buscaba una atención más personalizada e integral y centrada en cada una de las personas.

P.- En su opinión, ¿qué falta –si falta algo– para que la profesionalización del sector sea real y vaya bien encaminada?

R.- Las cualificaciones profesionales son instrumentos valiosos para ir avanzando en la mejora de la atención y la profesionalización del sector, eso sí, deberían poder actualizarse acorde a la evolución social y al conocimiento, tal y como la normativa lo exige. En el sector de la atención a las personas que precisan apoyos o cuidados es necesario actualizar las cualificaciones porque proporcionar una atención integral y personalizada requiere nuevos conocimientos, técnicas, habilidades, actitudes, metodologías de trabajo con las personas, mejor trabajo e equipo, etcétera. El rol profesional va evolucionado pues es diferente lo que considerábamos que era ser un buen profesional hace diez años a lo que ahora buscamos cuando contratamos a nuevos trabajadores. Y esta constante evolución, como en el resto de los sectores, continuará cambiando con el tiempo. El reto está en ver si seremos capaces de ir adaptando los sistemas de formación, cualificación, actualización y acreditación de competencias en los profesionales de atención directa y continuada a las personas que necesitan apoyos o cuidados. Estando a la altura de lo que la sociedad nos demanda y esas personas merecen.



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