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Elena I. Daprá Castro / Directora técnica de Entremayores Formación

'La formación parte de que cuidar a quien cuida es enseñar a que se cuiden esos cuidadores'

Daprá participó en el congreso de la SEGG analizando el tema de los equipos emocionalmente inteligentes

Emma Vicente / EM 18-07-2017

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Pregunta.- Su intervención en el 59º Congreso de la SEGG se centró en cómo conseguir “Equipos emocionalmente inteligentes”. Pero, ¿qué es un equipo y qué lo convierte en eficaz?

Respuesta.- Un equipo es un conjunto de miembros que tienen una razón para trabajar juntos. Sus esfuerzos deben de ser interdependientes. Los miembros deben creer que los resultados son mejores trabajando con los demás que solos. Son considerados un grupo. ‘Juntos somos más’. Pero para que funcione, para que sea eficaz, hay que atender al contexto emocional, que debe ser claro. ¿Y qué es un contexto emocional claro? Pues es el clima, el ambiente que se tiene que dar para disipar las incertidumbres más básicas que son una de las causas de malestar en la persona y el equipo ya que habrá contagio emocional. Desde EM Formación estamos ofreciendo al sector sociosanitario la oportunidad de diagnosticar al equipo para averiguar las áreas de mejora. Esto permite realizar un itinerario de formaciones ‘ad hoc’ para potenciar fortalezas y, como consecuencia, que los equipos aprendan a autorregularse. La eficacia viene de conseguir que la competencia personal individual y dentro del equipo se vea reconocida, y que la competencia social, la de la interacción diaria, sume en favor del desarrollo profesional.

P.- ¿Qué beneficios tiene trabajar la Inteligencia Emocional en Equipos?

R.- Los equipos suelen moverse entre distintas emociones, como la serenidad, la ambición, el resentimiento o la resignación. Todas pueden ser positivas o negativas según el grado de la misma y puede haber mezclas o transiciones. En cualquier sector es importante, pero en el sociosanitario este equilibrio cobra una especial relevancia. Las emociones forman parte del trabajo diario con la carga adicional que supone. Por este motivo, y desde mi experiencia profesional, reconozco que trabajar sobre la Inteligencia Emocional y sobre la cualificación de los profesionales genera, fundamentalmente, un aumento de las responsabilidades y de compromiso individual, lo que facilita que el personal trabaje desde la colaboración y la cooperación. Los objetivos últimos que se persiguen con esta línea que desarrollo en EM Formación son aumentar el espíritu de equipo; mejorar las relaciones y clima emocional; que haya menos rotación, menor absentismo laboral; una mayor confianza en la capacidad para hacer frente a los problemas; una mayor asunción de responsabilidad personal; un mayor alineamiento y compromiso; una mayor flexibilidad y apertura al cambio; una mayor confianza y colaboración; y como consecuencia final, una mayor productividad y eficiencia.

P.- Además de cuidar al mayor o a la persona con discapacidad, es necesario cuidar a quien le cuida. ¿Por dónde cree que deben dirigirse los pasos en este campo?

R.- Debemos ser conscientes de que la evolución en todos los ámbitos es imprescindible para avanzar. Con esa idea de progreso creo que las iniciativas formativas del sector deben estar caracterizadas además de por la novedad, exclusividad y la aplicabilidad inmediata, también por el equipo que lo imparte. Es ahí donde la apuesta de EM Formación cobra importancia, no solo por la innovación, sino por el equipo de psicólogos colegiados expertos en las diferentes materias que participan. “Somos expertos en cuidar de las personas”. Además, partimos de una visión más allá de las formaciones tradicionales que permiten trabajar con los equipos para que se ensamblen de un modo más eficaz y eficiente, es el win-win para todos! En líneas generales, es importante revisar que la salud física esté bien. Después, le toca a la salud psíquica, nuestro mundo emocional. Nuestro cometido, a través de la línea estrella formativa de Entremayores, es ayudar a adquirir herramientas, “el poder empoderarme en mi vida”, las habilidades para relacionarme con el otro, ser capaz de ver mis propias fortalezas y valorarlas, el saber cómo sobrellevar las adversidades, cómo dejar de ser agresivo para convertirme en una persona más asertiva y coherente con mis valores, aquellos cuales sean los de cada uno… En definitiva, el mundo de la formación en este campo parte de que cuidar a quien cuida y supone enseñar a que se cuiden esos cuidadores.



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